Un clásico de la comida entre chicas gourmet y “bodegoneros”
Se enfrentarán para ver quién valora más la calidad de lo que comen en un restó, un bodegón y un café notable.
Tres superclásicos. Dos equipos. Dos conceptos. Una rivalidad. Una pa
sión. Hasta acá podríamos estar hablando de fútbol, pero esa historia ya pasó. Lo que viene es un “Superclásico Gourmetero”, con dos equipos que representan un modo de disfrutar la comida. Por un lado, el “Comando Gourmand”, integrado por 8 mujeres –sommeliers, críticas de gastronomía y atentas a las nuevas tendencias del rubro gastronómico–. Y por el otro, los “Antigourmeteros”, un grupo de 6 amigos –abogados, licenciados en sistemas, publicistas; todo menos especialistas en comida– que se juntan todos los miércoles después de jugar al básquet, a probar los bodegones de la ciudad.
El duelo surgió a partir de las chicanas en las redes sociales, y tiene tres fechas definidas: mañana en “Astor”, en Belgrano, en donde las chicas juegan de local e invitarán un menú sofisticado, de varios pasos y sabores complejos. El miércoles será la revancha en “Mamma Silvia”, bodegón en Boedo, favorito de los muchachos, con tortilla de papas, platos abundantes y postres clásicos. Y el encuentro final será un día después (¿todavía
tendrán hambre, a esta altura de la competencia?), en el bar notable “La Flor de Barracas”. Este último encuentro con entrada libre, pero todas las fechas se podrán seguir por las redes sociales, en el hashtag #SuperClásicoGourmetero.
Matías Pierrad, uno de los “Antigourmeteros”, define a su equipo como amantes de la cocina “honesta”. “Me alejé de lo gourmet un día en que me ‘mataron’ en un restaurant que vendía una pizza mitad y mitad, pero en la carta decía que maridaban entre sí. ¿Qué me querés vender, eso es una pizza mitad y mitad y listo? Todo bien con los que estudiaron cocina, pero yo co
mo milanesa hace 30 años, creo que sé cómo tiene que estar hecha”. Así escriben las reseñas en su web: lenguaje directo, humor y hasta recomendación sobre qué mozo elegir para ser bien atendido.
“Más allá de las chicanas, esto es un juego – dice Daniela Dini, del Comando Gourmand–. La idea es desmitificar, levantar prejuicios. No nos embanderamos en que algo sea mejor que otro y no queremos quedar encasillados en un solo tipo de cocina por equipo. Lo que nos une es que nos gusta comer!”. “Va a ser divertido. Gana el que mejor se adapte al terreno contrario”, dice el árbitro, Carlos Cantini. “Voy a poner en aprietos a los chicos para ver cómo definen lo que están comiendo. Y también ver cómo se desenvuelven las chicas en un bodegón”. Los dos equipos sueñan con dejar todo en la cancha (o en la mesa): “Empezando por la panza”, coinciden.