El joven de la picada mortal otra vez preso: manejaba a 127 km/h
La Justicia revocó la excarcelación de Diego Cuevas porque teme que se fugue. Y le agravó la acusación.
Diego Cuevas, el joven que mató a dos adolescentes cuando corría una picada en Haedo, fue detenido luego que la Justicia revocara su excarcelación en un fallo que sostiene que manejaba a más de 127 kilómetros por hora al momento de impactar contra los siete amigos que caminaban por la vereda.
El juez de la cámara de Morón Fernando Bellido precisó ayer que el tribunal decidió ordenar la detención, que se concretó la noche del viernes, porque “había riesgo de fuga” y remarcó que el caso está caratulado como “homicidio simple y lesiones graves con dolo eventual”, lo que implica una pena de 8 a 25 años de prisión.
El abogado de Cuevas, Marcelo Mazzeo, adelantó que mañana apelará la medida, al considerar que la “detención es arbitraria e ilegal” y que su defendido no puede estar preso hasta que el fallo de la Cámara quede firme.
El camarista Bellido precisó que para considerar que hubo dolo se tomó en cuenta “la velocidad a la que estaba circulando cuando chocó, que, según la pericia, fue de 127 kilómetros por hora, como mínimo”; “la participación en una picada” y que “el auto estaba cargado con seis ocupantes y el perito dice que un vehículo con sobrepeso, a la velocidad que iba, es muy difícil de maniobrar”.
“En su conjunto, con todo esto, se tendría que haber representado que podía causar muerte”, señaló el magistrado sobre la actuación de Cuevas.
El joven había sido liberado el 14 de abril por el juez de Garantías de Morón Alfredo Meade, quien entiende que se trató de un “homicidio culposo” (sin intención de matar).
“Consideramos que acá hay riesgo de fuga. Y esto tiene que ver con la pena en expectativa, que con esta calificación (homicidio simple) tiene un mínimo de 8 años y un máximo de 25; segundo, que es un delito que no es excarcelable; y último, ciertos comportamientos del imputado al momento de querer notificarlo”, puntualizó el magistrado.
Bellido sostuvo que “la policía había concurrido al domicilio de Cuevas cuatro veces, no lo encontró y mandamos un empleado de la Cámara y tampoco lo encontró; y él tenía un compromiso asumido de no ausentarse por más de 24 horas”.
Consultado por radio América sobre si se pudo constatar si Cuevas estaba alcoholizado al momento de atropellar a los adolescentes, respondió que esto “quedó constatado pero por la declaración de testigos” ya que “todo el mundo declaró que había consumido alcohol en el boliche y en la previa”.
Sin embargo, el juez se quejó porque esto no pudo chequearse mediante el test de alcoholemia porque, afirmó, “fue bochornoso cómo se tomó la muestra de sangre: violó la cadena de custodia, sin rotular los tubos de ensayo, sin respetar la cadena de frío”.
En cambio, Mazzeo sostuvo que “ya declararon dos peritos, las dos jefas de química legal de La Matanza y La Plata y ninguna dice que la prueba fue adulterada, dicen que tiene una marcada de transparencia la sangre, que no saben con que estaba diluida”.
El 5 de abril, Cuevas perdió el control de su auto Nissan Tiida y atropelló a siete adolescentes que caminaban por la vereda, causándoles la muerte a dos de ellos y heridas graves a otros cuatro. Las víctimas mortales fueron Lautaro Juárez, de 16 años, quien perdió la
vida en el acto; y Juan Manuel Lastra, de la misma edad, que falleció luego de permanecer más de diez días en terapia intensiva.