Clarín

Chile construyó una fiesta que invita a la esperanza

Con una goleada por 5-0 sobre Bolivia, el local se sobrepuso a los días de angustia por el accidente de Vidal.

- SANTIAGO, CHILE. ENVIADO ESPECIAL Juan Lagares jlagares@clarin.com

Si queremos estar a la altura de las grandes potencias, hay que seguir en este nivel, con esta intensidad”.

Jorge Sampaoli

ENTRENADOR DE CHILE

Chile al fin pudo festejar. Después de una semana llena de angustias tras el accidente de tránsito que protagoniz­ó Arturo Vidal, el equipo de Sampaoli se aseguró el boleto a los cuartos de final y se quedó con el Grupo A tras superar con claridad por 5-0 a una Bolivia deslucida y estática, que sabía antes de salir a jugar que estaba clasificad­a a la siguiente ronda por la caída de México ante Ecuador. El exigente público gozó en un Estadio Nacional repleto: alentó, ovacionó a sus figuras Medel, Sánchez y Vidal - que había estado sobre la cornisa, a un paso de arruinarlo todo- y coronó la noche cantando el himno en el instante en que Raldes sellaba el marcador con un gol en contra.

Fue extraño el rompecabez­as que Jorge Sampaoli paró en la cancha. Porque no había un dibujo claro. Eran más bien dos “W”. Porque Marcelo Díaz se metía entre los centrales Gary Medel y Gonzalo Jara. Porque los laterales Isla y Beausejour tenían luz verde para atacar. Porque Charles Aránguiz se paró más cerca de Arturo Vidal. Y porque Valdivia se paró como “falso 9” para picar al espacio vacío que le dejaba Eduardo Vargas cuando salía a los costados (Alexis Sánchez fue por afuera y con todas las libertades para hacer lo que quisiera).

Y en ese laberinto, Chile mostró sus mejores 45 minutos de la Copa América que organiza. Apenas había comenzado el partido cuando Aránguiz abrió el marcador. Después controló a Bolivia y a la pelota. Y aumentó pasada la media hora, aunque pudo haber hecho dos o tres goles más: Alexis le acertó al palo de tiro libre, Vargas definió afuera tras una gran maniobra en el área y Beausejour elevó su remate de zurda cuando le quedó vivo un balón sobre la izquierda.

Brilló Chile y conformó a su público, que alcanzó su punto más alto de felicidad a los 36, cuando Valdivia asistió en el área a Alexis, que anotó el 2-0 con una palomita suave y perfecta. Se le abrió el arco al ídolo y con Alexis certero, Chile se convierte en un serio candidato a alcanzar instancias decisivas en el torneo que organiza.

Pero además disfrutó el DT porque Valdivia al fin hizo magia y reaccionó tras dos partidos de muy bajo nivel. Bolivia, en tanto, mostró serios problemas defensivos y apenas inquietó a través de la pelota parada. Por eso Soria para el segundo tiempo mandó a la cancha a Miranda y a Marvin Bejarano (por Veizaga y Rodríguez) para rearmar el equipo. Sampaoli les dio descanso a Sánchez y a Vidal, sus figuras, que se quedaron en el vestuario.

El segundo tiempo fue una fiesta para los chilenos, que pudieron encender sus gargantas tres veces más. La primera a través del todoterren­o Aránguiz. La segunda fue la frutilla de Medel, que definió por encima de Quiñónez. Y para el final, llegó el regalo de Raldes.

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AP Una fiesta. Alexis Sánchez acaba de anotar el segundo gol y se abraza con Valdivia. Arturo Vidal los mira.
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