El caso de dos nenas que fueron hostigadas por Facebook y por chat. Y el de una adolescente que sufrió acoso constante.
Un drama que muchas veces obliga a buscar otro colegio
La cargaban porque era flaca. Porque era morocha, porque era linda. Porque tenía buenas notas. Lo hacían por Facebook, por WhatsApp, por Instagram. Pero una tarde del verbo pasaron a la acción. Dos amigas, entonces de 11 años, alumnas de una escuela pública de La Plata fueron empujadas, golpeadas y pateadas en el recreo y estalló el escándalo. La madre de una de ellas hizo una denuncia policial. La otra alumna terminó en el hospital con esguince de tobillo y magullones en las piernas.
Entonces, la Escuela Media 1 de La Plata no tenía contemplado el bullying en los acuerdos de convivencia. Tuvieron que incluirlo. De esta situación salieron de una manera poco académica: las cambiaron de colegio. “Todo comenzó a mediados del ciclo lectivo, cuando un grupo de chicos y chicas comenzó a insultar a la nena por Facebook y por mensajito. Nosotros pensamos que sería algo transitorio, que no pasaría a mayores”, contó Yanina López, madre de “M”, una de las víctimas. “La escuela nunca hizo caso de nuestras advertencias. Mi hija ingresó a este colegio hace 3 años, cuando nos mudamos. Y siempre ese grupo encontraba algún motivo para cargarla o molestarla”, agregó Daniela Cisterna, mamá de “S”, la otra damnificada. Ahora, Cisterna y su familia se mudaron al interior. Pero el episodio marcó a la institución.
“La situación más degradante fue cuando mis compañeros resolvieron que no se podía nombrar mi apellido. Había “manteadas” para los que mencionaban mi nombre”. Así recordó Agustina Quinterno (18) su propia experiencia de hostigamiento escolar. “Pero la más violenta ocurrió cuando tiraron mi celular en una pileta, en medio de una fiesta”. La adolescente tuvo que recorrer los dos primeros años del secundario aturdida por acoso, cargadas y ataques de sus compañeros del Colegio Nacional de La Plata. En este caso, el motivo era político: integraba una agrupación enfrentada a la que militaba la mayoría de sus compañeros. Además, tenía uno de los mejores promedios del establecimiento.