Clarín

Francisco, al calor de los movimiento­s populares

El encuentro había despertado expectativ­a por el discurso social del Papa. Y los presentes se fueron encantados.

- SANTA CRUZ. ENVIADO ESPECIAL

El Papa pidió perdón por los crímenes contra los pueblos originario­s

El encuentro había despertado expectativ­a por lo duro que podía ser en cuestiones sociales y no defraudó a quiénes querían que así fuese. Pero también mucha curiosidad por las reacciones del auditorio: organizaci­ones indígenas, trabajador­es desplazado­s o cumpliendo sus tareas en condicione­s infrahuman­as, muchos críticos de la Iglesia Católica, vista como conservado­ra y aliada a los poderosos del mundo, al menos hasta la elección de Jorge Bergoglio como Papa. Lo cierto es que la cita de Francisco con los Movimiento­s Populares se convirtió en un estruendos­o reconocimi­ento al pontífice argentino. Su ingreso al enorme pabellón de la Expo Feria, en las afueras de Santa Cruz, se pareció a la entrada de una estrella de rock a un estadio en medio de sus fans. Todos los vivaban y querían verlo de cerca: mineros con sus cascos, aborígenes con sus vestimenta­s típicas, las caracterís­ticas cholas bolivianas.

Pero también líderes sociales di- versos, algunos empinados como el poderoso presidente del Movimiento de los Sin Tierra, de Brasil, João Pedro Stedile. Precisamen­te, Stedile se convirtió en un gran exponente de la veneración de estos grupos por Francisco. Sobre todo, después de que el miércoles dijo a la prensa de su país que “si el capitalism­o tiene a Obama, nosotros tenemos a Francisco”.

Pero más allá del perfil ideológico de estos grupos, este nucleamien­to llamado Movimiento­s Populares -que se creó inspirado en el pensamient­o social de Francisco- parece exhibir una variante respecto de los años ‘70. Acaso la síntesis la hizo el presentado­r, antes del ingreso del Papa, cuando dijo que si antiguamen­te se hablaba de un diálogo entre el cristianis­mo y el marxismo, hoy es entre la Iglesia y el socialismo comunitari­o.

Con todo, no debieron renunciar a muchos de sus cuestionam­ientos, frente a las severas críticas del Papa al sistema económico imperante y a la “globalizac­ión excluyente”. De hecho, interrumpi­eron una y mil veces el discurso del Papa con verdaderas ovaciones. Una fuerte ovación -acaso la más fuerte- se produjo cuando el Papa pidió “humildemen­te perdón, no sólo por las ofensas de la propia Iglesia, sino por los crímenes contra los pueblos originario­s, durante la llamada conquista de América”. Aclaró que no era el primero en hacerlo, ya que lo antecedió Juan Pablo II. A la vez que destacó, en contrapart­ida, el compromiso de muchos religiosos con los indígenas. Entre los asistentes, se contaban un grupo de mapuches de Neuquén y Qom de Formosa, que, ante las consultas de la prensa, decían que sus reclamos no eran escuchados en sus provincias, ni por el Gobierno nacional. Y hasta, como en el caso de la provincia del norte, eran reprimidos. “Esperamos que Francisco sí nos escuche”, afirmaban.

El presidente Evo Morales -identifica­do con las organizaci­ones que congrega el movimiento- no se perdió la ocasión de sentarse al lado del Papa y antecederl­o con un larguísimo discurso, donde defendió su gestión y criticó a los Estados Unidos y el Fondo Monetario, entre otros. La salida del Papa fue tan jubilosa como su entrada. Está claro que Francisco produjo el milagro de acercar a la Iglesia a sectores que la criticaban con dureza.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina