Alfajores gourmet, lo más destacado en el arranque de Caminos y Sabores
Hay de dulce de cayote, de frutas finas y hasta de vino torrontés. Ayer visitaron la feria unas 20 mil personas.
Las puertas recién habían abierto, pero la fila llegaba a la esquina de Santa Fe. Así, con una gran concurrencia, arrancó ayer Caminos y Sabores, la feria de gastronomía que ya es un clásico.
La fecha patria se prestaba para probar sabores autóctonos y qué mejor que degustarlos en su versión dulce. En Tía Yola se dedican a las delicias norteñas, su especialidad son los alfajores rellenos con dulce de cayote. Además, venden alfeñiques (caramelos de miel de caña) y empanadillas “una empanada salteña rellena con dulce de cayote y bañada en merengue”, ex- plica el vendedor, Ariel Ramos.
Al lado, otra marca salteña, la multipremiada “Campo Quijano”, exhibía su dulce de leche, elegido el mejor de la feria en cuatro oportunidades: 2008, 2009, 2011, 2012 y 2014. En el stand “La Rinconada”, de La Rioja, un cartel anuncia “Alfajor de vino” y la curiosidad se despierta. Se trata de un alfajor relleno con una crema a base de vino torrontés, el varietal emblema de esa provincia. Es una golosina apta para chicos, “porque como la crema se cocina el alcohol se va”, aclara la vendedora.
Desde Chubut, los alfajores de Memorable generan fanatismo, “todos los años me llevó una docena”, cuenta Martha Goldin. Pesan 90 gramos –un alfajor promedio no supera los 50– y están rellenos con dulce de frutas finas de la cordillera (saúco, rosa mosqueta, boysenberry) y también tienen la clá- sica versión argentina de dulce de leche. “La unidad cuesta $ 20 y a la feria siempre venimos con precios más bajos”, señala el vendedor.
Marta Garayo ganó el premio al mejor pastel en la “Fiesta Nacional del Pastel Gouin”, que se realiza todos los años en Carmen de Areco. Sus pasteles son hojaldrados y llevan dulce de membrillo y dulce de batata, “los elaboro yo misma y mi marido los cocina”, cuenta Garayo. La unidad cuesta $ 10 y la bandeja de seis, $ 50.
Pero lo dulce no siempre es sinónimo de calorías, Zafran y Bior Candies se dedican a los snacks naturales. “Nuestras galletitas son 100% integrales, llevan trigo orgánico, azúcar mascabo y diferentes variedades de semillas y frutos secos”, explica su dueño, Charlie Rivero Haedo.
Las barritas de cereal de Bior Candies son saludables, pero ade-
Todas las variantes posibles están en la feria. más tienen un toque gourmet y con 65 gramos satisfacen a los que siempre se quedan con hambre. Entre las variantes se encuentra una de “coco con germen de trigo” y otra “de maracuyá con semillas de zapallo y amaranto”. Cada una cuesta $ 15 o tres por 35.
En los pasillos es común escu- char una frase que había quedado en el olvido: “que buenos precios”, es que sin intermediarios los costos se abaratan.
Así, las 20 mil personas que ayer visitaron la feria comprobaron que lo mejor de nuestra gastronomía no tiene por qué ser inaccesible. Está abierta hasta el domingo.