“Fui cómplice de algo muy malo, reconozco mi culpa”
Lo dijo la “narcomodelo” Angie Sanclemente Valencia, condenada en 2011 por el tráfico de 55 kilos de cocaína.
“Esto me pasó por ser colombina”. Esa fue la primera reacción que tuvo Angie Sanclemente Valencia cuando la condenaron por tráfico de drogas. Casi cuatro años después, la “narcomodelo” parece haber cambiado de opinión: “Fui cómplice de algo muy malo, reconozco mi culpa”, admitió en diálogo con Telenoche. Y agregó: “Creo que debí pasar por ahí para poder pasar a otra etapa”.
En noviembre de 2011, la colombiana, que hasta el momento de su detención trabajaba como modelo, fue condenada junto a otros integrantes de la banda (entre los que estaba su novio) a seis años y ocho meses de prisión por intentar contrabandear 55 kilos de cocaína a Europa. En septiembre de 2013 fue enviada a su país con una orden de “extrañamiento” y quedó en libertad por haber cumplido la mitad de la pena.
Desde Bogotá, capital de Colombia, la “narcomodelo” se mostró arrepentida. “Después de estar tres años y cuatro meses (presa) tienes tiempo para pensar. Mi error más grande fue ser cómplice de algo que estaba muy mal hecho, porque la droga mata a la gente”, comentó.
También habló de sus días en el penal de Ezeiza: “Ha sido el capítulo más horroroso de mi vida. Yo viví tres años en el infierno. Lo peor de la cárcel es que el día y la noche son iguales. Ver la cantidad de injusticias que hay ahí dentro, que pasan navidades, días, horas y tú sigues igual, sumergida en un pozo profundo de oscuridad”.
La ex modelo contó que una compañera de celda intentó ahorcarla. “Quedé toda morada y me rompieron un diente. Ella quería volver al pabellón a matarme. Después de dos años allí, logré acoplarme y tener una vida más normal”, relató.
Sanclemente siempre se había declarado inocente. Y aunque todavía asegura que ella “no sabía nada”, reconoce su culpa. “No puedo decir que soy completamente inocente. Realmente creo que yo también me las busqué”, explicó.
Y concluyó: “Fui muy ambiciosa y la ambición rompe el saco. Mi ambición fue siempre vivir como una reina, como una diva, de dinero, de poder. Me olvidé de los valores importantes y me volví una hueca. Estaba muy equivocada.