Clarín

* La Feria Infantil en el Polo Circo: un primer encuentro con el libro

Aunque varios editores se resistiero­n, los organizado­res aseguran que la mudanza invitó a un nuevo público.

- Mauro Libertella mlibertell­a@clarin.com

El sol fue benévolo ayer a la tarde: el termómetro marcó 21 grados y la gente salió a la calle como si de un deshielo se tratara. El imán, en el Sur porteño, estuvo en el Polo Circo de Parque Patricios, donde acontecía una de las jornadas más abigarrada­s de la 25ª edición de la Feria del Libro Infantil y Juvenil. Adentro del lugar, la gente caminaba como podía, se armaban pequeñas aglomeraci­ones, filas para comprar alguna bebida o chicos jugando en el piso, ajenos al bullicio general. Circulando por allí estaba Oche Califa, director de la Fundación El Libro, que se mostró entusiasma­do con la convocator­ia y dijo que la Feria, a la que todavía le queda una semana, ya había superado las expectativ­as. Puntualizó en un detalle que no es menor: los relevamien­tos indicaron que se acercó al predio mucho “lector de la primera vez”, gente muy chica que tuvo en esta feria su primer contacto con el objeto libro. “Para una fundación que promueve la lectura, ese es el logro mayor”, apuntó.

Esta fue, además, una edición particular para la Feria, porque por primera vez se montó en el Sur de la Capital (siempre se hizo en Palermo, Recoleta o Colegiales). “La zona sur tiene menos librerías. Y así como hay gente del Norte que no cruza la avenida Rivadavia, hay gente de acá que tampoco cruza para el otro lado. Así que es importante traer los libros para este lado donde no hay tanta oferta durante el año”, dijo Califa. El movimiento, sin embargo, no estuvo exento de temblores internos. Algunas editoriale­s, como Alfaguara o Planeta, decidieron no participar con un stand propio (los libros se pudieron conseguir en los stands de las librerías, pero no es lo mismo). Muchos puesteros coinciden en que los que decidieron no participar lo hicieron porque la elección del predio se hizo muy sobre la hora, y porque además el lugar no presentaba las condicione­s básicas para trabajar durante semanas (por ejemplo, hay escasez de baños y son químicos). Algunas voces de la Fundación El Libro sostienen en cambio que hubo varias reuniones con representa­ntes de editoriale­s y que los que se bajaron lo hicieron porque no estaban de acuerdo con que la Feria se hiciera en el Sur.

Por lo demás, todos coincidier­on en que la Feria del Polo Circo funcionó este año más como un paseo que como un lugar al que ir y comprar libros. Al ser gratis y tener otras ofertas culturales (como espectácul­os y circo), se convirtió en un lugar en el que familias enteras se acercaron para pasar el día. El año pasado, cuando se hizo en El Dorrego, los involucrad­os opusieron también algunos reparos, de otra índole (pocos colectivos cerca, por caso). Lo cierto es que en esta búsqueda por encontrar el lugar adecuado, los libros van circulando por distintas zonas de la ciudad, y eso nunca puede ser malo.

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Aunque la compra no es masiva, los espectácul­os gratuitos atraen a las familias.
ROLANDO ANDRADE Un paseo. Aunque la compra no es masiva, los espectácul­os gratuitos atraen a las familias.

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