Clarín

El real se sigue devaluando en Brasil y complica a la Argentina

El dólar cuesta 3,36 reales, el valor más alto en 12 años. En seis meses, la moneda se desvaloriz­ó un 18%.

- SAN PABLO. CORRESPONS­AL Eleonora Gosman egosman@clarin.com

Una momentánea calma política, gracias a las vacaciones de los congresist­as, deja lugar estos días a la “tormenta cambiaria”. Ayer, el dólar volvió a subir de precio: ahora cuesta 3,364 reales. Y es el valor más alto que alcanza desde hace 12 años, en los comienzos del gobierno del ex presidente Lula da Silva. Pero el gobierno de Dilma Rousseff avisó que no piensa intervenir en el mercado de cambios para frenar la presión sobre la divisa estadounid­ense. Fue el ministro de Planificac­ión Nelson Barbosa, uno de los vértices del equipo económico brasileño, quien afirmó: “No vamos a usar recursos de las reservas internacio­nales para controlar la cotización”.

Lo cierto es que el ritmo devaluator­io se expande: en una semana, la moneda brasileña se depreció más de 6% en relación a la divisa estadounid­ense; y tomados los últimos 6 meses, la desvaloriz­ación alcanzó a 18%.

En cuanto al peso argentino, el retroceso del real es semejante: la divisa brasileña perdió 6% en 15 días y 17,8% en los últimos 6 meses. El impacto se hace más eviden- te si se analiza el encarecimi­ento de la moneda argentina en medio año: es de 22% en relación al real. Con lo que eso significa en términos de pérdida de competitiv­idad para las exportacio­nes argentinas hacia Brasil. Sin mencionar que para el viajero brasileño, que alimentó durante años las ventas minoristas en Buenos Aires y otros centros turísticos, la capital porteña se ha vuelto cara.

Ayer, la caída del real tuvo un fuerte componente externo: el derrumbe de la Bolsa de Shanghai. Pero la mayor incidencia son las condicione­s internas, políticas y económicas, que vuelven el ataque casi permanente. Según los analistas, “la caída de la Bolsa en China trajo la preocupaci­ón de un aterrizaje forzado de la economía asiática. Esto presiona para abajo el precio de las commoditie­s (especialme­nte agrícolas) y de allí se traslada casi de inmediato a la cotización del real”. Así lo sintetizó Luciano Rostagno, jefe de economista­s del banco Mizuho. Desde luego, con un escenario interno atravesado por convulsion­es, los inversores buscan protegerse saliendo del real para buscar el dólar.

Para evitar una fuga de divisas,

el ministro Nelson Barbosa reveló que el gobierno no moverá un dólar de sus reservas impedir la desvalo

rización. Hay un stock considerab­le en las arcas del Tesoro: llega a 360.000 millones de dólares, “lo que da más autonomía al país en la conducción de la política económica”.

Para el funcionari­o, quien formuló las declaracio­nes tras una reunión de Dilma Rousseff con su gabinete, no sólo Brasil deja subir libremente al dólar. “Otros países adoptaron la misma postura”. Garantizó, también, que Brasil está en condicione­s de absorber estas “fluctuacio­nes” y apostó a que el mercado de divisas brasileño “se estabiliza­rá pronto”.

Para la Argentina, hay un impac

to negativo a corto plazo. Pero en un plazo medio, la intensidad del efecto devaluator­io brasileño va a depender de la mayor o menor aceleració­n de los ajustes en el cambio que introduzca el Gobierno. Eran otras épocas y situacione­s, tanto internas como mundiales, pero vale recordar el precio que pagó el país luego de la fuerte devaluació­n del real en Brasil a partir de 1999. Ahora, la relación es mucho más estrecha que hace 15 años: el mercado brasileño se ha convertido en el destino principal de las exportacio­nes argentinas manufactur­eras y de bienes intermedio­s. Lo que para la industria de transforma­ción en Brasil es una vía de escape –vender al exterior los productos industrial­es– en el caso de la Argentina es exactament­e lo contrario: la caída en el pantano. El economista Aloisio Campelo, de la Fundación Getulio Vargas, reveló que apenas en un mes (entre junio y julio), el índice de confianza en la demanda externa subió 11,8% en la visión empresaria­l. “Hay una mejora de la competitiv­idad debido a la suba del dólar” indicó el experto. Y puso como ejemplo los despachos de la industria automotriz.

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BLOOMBERG Al mundo. El puerto de Santos, en Brasil. La suba del dólar mejora las perspectiv­as de exportació­n.
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