Cuando todo lo que gira alrededor del fútbol es importado
Saft Myageri tiene 22 años, una sonrisa ancha y una predisposición aún más grande. Es indio, pero vive en Canadá desde pequeño. Refresca esa realidad de que el 50 por ciento de los habitantes de Toronto son extranjeros. Pero no forma parte de una gran masa uniforme. El habla de fútbol como ninguno. Y asegura: “Mi jugador favorito es Riquelme, pero también conozco a Crespo y Zanetti”. Según cuenta, a sus 5, tal vez 6 años, la familia lo llevó de vacaciones a Argentina. Y allí le enseñaron que si amaba el fútbol, antes tenía que amar a Riquelme. No es hincha de algún club aquí. “Los equipos no son competitivos; prefiero ver la Premier League o la Liga. Acá no hay demasiada pasión por el fútbol”, dice el chico que fue voluntario de Toronto 2015. No se equivoca. En 20 días en la ciudad de los Panamericanos el cronista vio muy pocas camisetas de fútbol (selección o club) circulando por las calles.
El equipo más fuerte es Toronto FC que juega en la MLS desde que fue fundado, allá por 2006. Allí forma parte del equipo Manuel Aparicio. Anteriormente jugaron Matías Laba (ex Argentinos) y Maximiliano Urruti (ex Newell’s). Justamente Laba, que ahora lo hace en Vancouver, le comenta a Clarín: “En los tres primeros meses sufrí mucho el frío de Toronto; me quería volver. Pero le agarré la mano al idioma. Y no pienso irme de Canadá y menos de Vancouver, que te permite disfrutar de un clima más cálido en verano. En mi equipo sólo dos son canadienses; el resto somos todos extranjeros. La verdad que este país necesita de gente que juegue, je. En Canadá el fútbol, sus jugadores y muchos de sus hinchas son importados.