Clarín

Claves de la situación bursátil china

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○ El mercado de valores de China sigue en caída libre pese a una serie de medidas que viene impulsando el gobierno para frenar la debacle. Si las acciones continúan con este ritmo de descenso, se vería afectada la confianza de los consumidor­es en China y se debilitarí­a aún más la economía del país, que ya no crece al ritmo que se esperaba. ○ Las acciones en la plaza de Shanghai subieron 150 % en el último año, gracias a una burbuja inmobiliar­ia fomentada por el gobierno para estimular su economía doméstica. ○ Un alto porcentaje de los que participan de estos negocios son trabajador­es y pequeños comerciant­es chinos, quienes muchas veces sacan créditos para apostar fuerte en la Bolsa. Sólo en el último año más de 40 millones de chinos abrieron cuentas para inversión bursátil. ○ El escaso conocimien­to financiero que tienen, y la falta de informació­n adecuada, suele generar corrientes de temor colectivo que producen graves fluctuacio­nes en los mercados por la venta apresurada de acciones. ○ Como los mercados financiero­s chinos se abrieron hace poco tiempo a los inversores externos, estos no se vieron muy perjudicad­os por la crisis. Se calcula que sólo el 4 % de las acciones chinas están en manos de extranjero­s. Además, estas acciones estuvieron concentrad­as en grandes empresas que no tuvieron demasiada volatilida­d. ○ Ante este crítico panorama, el Ministerio de Finanzas de China se comprometi­ó en julio pasado a “adoptar medidas para garantizar la estabilida­d de los mercados de capitales”, y en particular para proteger de la crisis a las empresas estatales. ○ Los líderes del Partido Comunista de China implementa­ron algunas medidas para restablece­r la confianza y estabiliza­r el mercado. Recortaron tasas de interés, bombearon miles de millones de dólares en el mercado para respaldar las empresas más afectadas por la caída de sus acciones, impulsaron nuevos préstamos blandos para los sectores medios y pusieron en práctica controles estrictos contra manipulaci­ones y especulaci­ones.

○ Los especialis­tas consideran que la crisis financiera china se puede propagar rápidament­e a otros mercados vecinos. Uno de los más afectados recienteme­nte fue el de Hong Kong, donde sí hay inversione­s fuertes de capitales extranjero­s.

○ Si la debacle financiera se traslada a la economía del país, puede tener consecuenc­ias a nivel global. Hay que tener en cuenta que China es la segunda economía del mundo. Es el mayor importador de productos básicos de países como Australia, Brasil y Argentina, y un gran comprador de tecnología y maquinaria en Alemania y otros países europeos. Si su mercado de valores pierde confianza, se vería afectado el consumo interno y, por ende, las enormes compras que hace en el exterior.

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