Obama hizo un fuerte alegato contra la reelección indefinida
“Nadie debería ser presidente vitalicio”, dijo ante la Unión Africana y en referencia a varios líderes de la región.
Al finalizar su gira por Africa, donde visitó Kenia y Etiopía, el presidente estadounidense Barack Obama hizo ayer un fuerte alegato contra la reelección indefinida y defendió la duración estricta de los mandatos que contemplan las distintas Constituciones.
Al dar un discurso en la sede de la Unión Africana (UA) en la capital etíope, Adis Abeba, Obama llamó a los presidentes africanos a respetar los periodos establecidos. “Francamente, no entiendo esto. Estoy en mi segundo mandato. Adoro mi trabajo pero, bajo la Constitución, no puedo volverme a presentar. Y creo que podría ganar”, confesó, para luego enfatizar que “Nadie debería ser presidente vitalicio”.
Sus palabras aludían a su homólogo burundés, Pierre Nkurunziza, quien acaba de ser reelegido para un tercer mandato incumpliendo el límite constitucional de dos gestiones, lo que ha desatado una ola de violencia que ya se cobró decenas de víctimas y forzó a huir a más de 160.000 personas.
“El progreso democrático en Africa está en riesgo por culpa de aquellos líderes que rechazan dejar el cargo cuando terminan sus mandatos”, dijo. Y continuó: “Cuando un líder intenta cambiar las reglas en mitad del juego solo para seguir en el cargo, se arriesga a desencadenar una situación de inestabilidad y lucha, como hemos visto en Burundi”, dijo, y recibió una gran ovación.
Al referirse tanto a Nkurunziza como a líderes de otros países del continente, entre ellos Ruanda y Uganda, el presidente estadounidense sostuvo: “No entiendo por qué alguien quiere quedarse tanto tiempo, especialmente cuando ha ganado tanto dinero”. “La ley es la ley y nadie está por encima, ni siquiera los presidentes. Intentar cambiarla es con frecuencia el primer paso hacia un camino peligroso”, advirtió.
En opinión de Obama, cuando un líder piensa que es la única persona que puede mantener unida a su nación, “eso significa que ha fallado” en su tarea, y lo reafirmó con su caso. “Todavía hay mucho que quiero hacer para mantener a América avanzando hacia adelante. Pero la ley es la ley, y nadie está por encima de ella”, puntualizó. “Francamente, estoy deseando que llegue mi vida tras la Presidencia. Podré pasar más tiempo con mi familia, encontraré nuevas formas de servir a mi país y podré visitar Africa más a menudo”, afirmó.
En la misma línea, llamó a los líderes africanos a inspirarse en el ex presidente sudafricano y líder de la lucha contra el “apartheid”, Nelson Mandela, quien “forjó un legado duradero y fue capaz de dejar su cargo y transferir el poder de forma pacífica”.
“Al igual que la Unión Africana -continuó- ha condenado golpes de estado y traspasos de poder ilegítimos, la autoridad y la voz poderosa de la UA también puede ayudar a garantizar al pueblo de Africa que sus líderes respetan los límites de sus mandatos y sus constituciones”. “Nadie debería ser presidente vitalicio”, remató.
Obama destacó también la necesidad de poner fin a la corrupción. “Aquí en Africa la corrupción se lleva miles de millones de dólares de las economías, un dinero que podría ser empleado en la creación de puestos de trabajo y la construcción de escuelas y hospitales”, apuntó.
El presidente estadounidense también hizo referencia al avance de los fundamentalistas ultraislámicos en la región, como el caso de Boko Haram y Al Shabab, quienes están ligados a los integristas del Estado Islámico (ISIS). “Deben ser llamados por lo que son, asesinos”, dijo, y los desvinculó del Islam, pues “millones de musulmanes africanos saben que Islam significa paz”.
“El progreso de Africa también dependerá de la seguridad y la paz porque una parte esencial de la dignidad humana es estar a salvo y libre de todo miedo, pero desde Somalia a Nigeria y desde Mali a Túnez, los terroristas siguen atacando a civiles inocentes”, denunció Obama.
El mandatario estadounidense abandonó ayer Etiopía y así puso fin a un viaje de cinco días en el que también visitó Kenia, la tierra natal de su padre, para tratar asuntos comerciales, de seguridad y de derechos humanos.