Un cruce feliz y original
Moguilevsky y el Cuarteto Cuareim se lucen con composiciones propias y notables arreglos.
Cinco proviene de un crucee feliz entre el compositor, cla-rinetista, flautista (y un largoo etcétera de dominios instrumentales) Marcelo Moguilevsky y el Cuarteto Cuareim que lidera el violinista Rodrigo Bauzá, nacido en Formosa y hoy radicado en Amsterdam.
El álbum fue grabado en la capital holandesa del 4 al 6 de diciembre de 2014 y comprende nueve piezas: cuatro son composiciones de Moguilevsky, dos son de Bauzá y una es de Federico Nathan, el segundo violín del Cuareim; hay además una composición de Pixinguinha, Rosa, y un precioso anónimo sefardí, La serena, ( En la mar hay una torre/en la torre una ventana...) que canta Moguilevsky sobre un finísimo arreglo de Bauzá (autor de la mayor parte de los arreglos).
Este quinteto no suena como los quintetos clásicos (con la melodía principal en el solista de viento), ni tampoco se inscribe en lo que podríamos llamar un academicismo de fusión. Ni clásico ni lavado, lo de eseste quinteto es otra cosa.
Hay una exploración muy abierta de las sonoridades del cuarteto y de su entramado con los vientos que alternativamente toca Moguilevsky (clarinete, clarón, flautas dulces, armónica, silbido). El principio básico parece ser la integración; incluso por momentos la imitación, como en caso de Lauri -la bellísima litoraleña que firma Bauzá-, por la aproximación tímbrica buscada entre la armónica y el cuarteto. Esto no quiere decir que lalas cosas marchen siempre en una dirección, y esa misma pieza Lauri, con su expresivo solo de violonchelo sin arco, serviría para ejemplificar la libertad de recursos estilísticos y formales, entre los cuales se cuenta seguramente una buena dosis de improvisación.
Lógicamente, lo instrumental no marcha separado de lo compositivo, que en este caso transcurre en un nivel parejamente elevado. Una de las mayores joyas del álbum es una composición de Moguilevsky, Miniatura, una inspiradísima melodía que primero expone el clari-
Por la belleza de las composiciones y el refinamiento de la ejecución.
nete y luego va pasando entre las cuerdas con indescriptible belleza, y cuando parece que va a comenzar a desarrollarse, se termina. Lejos de decepcionarse por ello, el oyente debería volver a escucharla una y otra vez.