Banderazo y consigna: “River no estará solo”
Sin entradas visitantes, todo sirve para ver la primera final. Ayer, los argentinos pagaban 200 dólares en la reventa.
El calor es sofocante en estas latitudes. Monterrey, la ciudad más industrializada y la tercera en importancia de México, se prepara para vivir la primera final de la Copa Libertadores entre Tigres y River. Sobre la Avenida Diego Rivera, en la zona de San Pedro se emplaza el hotel Quinta Real, en el que está alojado el plantel de River. En las puertas de ese majestuoso edificio, esta tarde habrá un banderazo, el cual fue convocado por los integrantes de la Filial de México DF, que llegarán a Monterrey como lo harán otros fanáticos desde Nueva York, Los Angeles y Miami, entre otras ciudades. El eslogan es: “River no estará sólo”.
Ayer, ya se habían concentrado algunos simpatizantes millonarios, que tampoco tienen tickets. Sucede que no habrá venta para hinchas visitantes ya que Tigres tiene todo el estadio vendido en abonos para su público. Quienes sí poseen entradas en River son aquellos que viajaron con la comitiva oficial, es decir familiares, amigos y allegados al plantel y a la dirigencia, que son los hinchas VIP.
En tanto, los que llegaron a Monterrey por su cuenta, provenientes desde distintos países, incluso desde la Argentina, tienen una única manera de conseguir entradas y es
a través de la reventa. Los precios oscilan entre los 80 y los 200 dó
lares, mucho más caras del valor al que se vendían oficialmente (entre 20 y 65 dólares). Es lo que tendrá que pagar Federico Giusti, un marinero cordobés de 26 años que hizo una travesía en micro desde Panamá.
Distinta es la situación de Ezequiel Benítez y sus amigos, un grupo de argentinos que viven en Los Angeles y ya tienen su lugar asegurado en el estadio Univeritario. A través de un contacto en Monterrey, pudieron adquirir las entradas a precio original. Por cada una de ellas pagaron 40 dólares. Esta noche, ellos también formarán parte de los privilegiados que acompañarán al equipo de Gallardo.