Formosa, enamorada de Boca
Con Tevez a la cabeza, los dirigidos por el Vasco Arruabarrena alteraron la rutina de la ciudad. Cubas juega por Erbes.
¿Cuánto mide la pasión? ¿Cómo se cuenta el amor? ¿Qué es eso que se siente al saltar al lado de otro que lleva los mismos colores, que vino desde la otra punta de la ciudad y que nunca volverá a cruzarse en el camino? ¿Quién dictamina el momento en el que se le declara fidelidad incontestable a una camiseta? ¿Es magia, es corazón o es simplemente un intangible inexplicable? Todo eso se preguntan todos esos locos pintados de azul y amarillo que demoran la salida del micro desde el aeropuerto de Formosa hasta el hotel Howard Johnson de la ciudad. La multitud acompaña a la delegación a pie en un trayecto de 20 cuadras que debió haber durado 5 minutos, pero que al calor del mar de gente por las calles, demoró 40. Formosa es la materialización de la locura futbolera, a la espera del Boca-Banfield de la tarde de hoy, en el marco de la Copa Argentina.
La delegación dejó la pasión cuartetera cordobesa y viajó hacia el norte en dos chárters que el club contrató especialmente, debido a que no hay vuelos directos entre La Docta y Formosa. Allí los recibió el calor y el color de una provincia que esperaba a los jugadores como se espera a las grandes estrellas de rock. Si hasta los empleados del hotel salieron a la puerta del mismo para recibir, con aplausos, a los hombres del conjunto azul y oro, que arribaron sobre el mediodía. Los hinchas llegaron incluso a desplegar una bandera gigante en las inmediaciones del aeropuerto para que el plantel la viera desde las ventanillas del avión.
El estadio Antonio Romero fue el epicentro de la pasión. Allí se formaron filas de más de 500 metros a la espera de conseguir uno de los 23.000 lugares disponibles para el encuentro que se jugará hoy a las 19.30. Los hinchas llegaron desde todas las localidades cercanas e incluso se pudo ver a varios grupitos que arribaron desde Paraguay para ver al equipo que conduce Rodolfo Arruabarrena.
A la locura por Boca se sumó la locura por Carlos Tevez. El raid de Boca entre Córdoba y Formosa dejó en claro que no hay límites para el amor hacia el Apache. El propio Carlitos lo entendió así, en una lección de humanidad. Durante la noche del lunes salió a la puerta del Sheraton de Córdoba y se quedó firmando remeras durante una hora. Ayer repitió el ritual con los fanáticos formoseños. El delantero demostró que su segundo ciclo en el club estará marcado por el carácter popular, ya que convirtió a su interacción con la gente en una sana costumbre, que reiteró una decena de veces desde que firmó con Boca, hace solamente dos semanas.
Por la tarde de ayer, el mismo relato. El entrenamiento de Boca en el estadio de la ciudad abrió sus puertas para todos. Claro, nadie esperaba que una práctica de rutina fuera observada por ¡18.000 personas! La provincia paralizada se trasladó a las tribunas del Antonio Romero, para la sorpresa de los futbolistas, que no podían creer lo que veían. Sobre el final, todos se acercaron a los alambrados a saludar a la gente. La gran novedad en el equipo titular fue el ingreso de Andrés Cubas por Cristian Erbes (que tiene una molestia muscular).
La noche se fue entre los intentos de la reventa, en la que pedían 400 pesos por una popular que valía 150, y la paciencia de los que se congregaron en la puerta del hotel hasta altas horas de la madrugada. En el este y el oeste, en el norte y en el sur, todo parece ser azul y oro. ¿Quién tiene un ranking que mida el amor?