Clarín

Temas clave que el ministro sigue evadiendo

Más de la mitad del sueldo bruto de un empleado registrado puede ir a parar al fisco

- Ismael Bermúdez ibermudez@clarin.com

El ministro Axel Kicillof eludió ayer responder varios temas claves en torno a Ganancias.

El primero es que, además del millón de trabajador­es, también están alcanzados por este impuesto varias decenas de miles de jubilados y medio millón de autónomos. Que en proporción a sus ingresos, todos vienen pagando cada vez más. Que esto está volviendo a pasar este año porque, con aumentos

salariales de entre el 27 y 36%, el mínimo no imponible, que ya estaba muy desactuali­zado, fue ajustado apenas entre el 5 y 25% para una franja de trabajador­es y las escalas salariales sobre las que

se aplican las alícuotas siguen congeladas en los valores del año 2000, de hace 15 años.

Esto último fue transforma­ndo un impuesto progresivo en regresivo, porque un trabajador con un sueldo medio hoy paga una tasa efectiva de entre el 31 y 35%, como una persona muy rica.

Mientras tanto, la renta financiera sigue exenta del impuesto. Por exenciones y deduccione­s impositiva­s a sectores económicos el Gobierno estimó para este año –en un cálculo más que conservado­r y restrictiv­o– que dejará de

recaudar $ 143.767 millones, que equivale a 2,86% del PIB, una cifra similar a que espera recaudar por Ganancias sobre el más de 1,5 millón de personas alcanzados por este tributo.

Así, el esfuerzo adicional de un trabajador por realizar horas extras puede sufrir un descuento adicional por Ganancias, mientras un buen rendimient­o financiero está “libre de impuestos”.

Un estudio de la Fundación

Mediterrán­ea marca que los trabajador­es alcanzados por Ganancias que en 2013 cobraban entre $ 15.000 y $ 25.000 le descontaro­n ese año entre el 0,6 y 7,7% de sus salarios. En 2014, la presión para ese franja de trabajador­es subió a entre el 4,6 y 12,8%. Y en 2015 vuelve a subir a entre 8,7% y

18,7%, respectiva­mente. En tanto, los autónomos y los asalariado­s que ganaban más de $ 25.000 en 2013 siguen con los mismos mínimos, por lo que están pagando cada vez más. Todo esto fue ampliando las

distorsion­es e inequidade­s del impuesto. Porque al congelamie­nto de las escalas sobre las que se aplican las alícuotas y la falta de actualizac­ión del mínimo no imponible y demás deduccio- nes, se agrega el cálculo y pago del impuesto en 2015 no en base a los ingresos actuales sino según la situación salarial de 2013, sin considerar las variacione­s de los últimos 2 años.

Si a Ganancias se agrega el resto de los tributos nacionales, provincial­es y municipale­s, hasta

más de la mitad del sueldo bruto de un trabajador registrado va al pago de esos impuestos, según un informe elaborado por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF).

Según los niveles salariales, y sin considerar las contribuci­ones patronales, “la carga tributaria que afronta una familia asalariada varía entre un 35,2% y un

52,8% de sus ingresos”, explica el IARAF.

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