La decisión se aceleró en los pasillos del Sheraton
Hace ya muchos años que el nombre de Adrián Kaufmann, ejecutivo de la alta gerencia de Arcor, suena para dirigir la Unión Industrial. Pero su segura designación resuelta en los pasillos del Sheraton durante la conferencia de los industriales cordobeses, tuvo esta vez dos apoyos decisivos. Uno, el de Luis Betnaza, directivo de Techint que sonaba para el mismo cargo y que decidió no postularse. Otro, el de Guillermo Moretti, un empresario rosarino del sector plástico y peronista clásico según lo describen sus pares y que supo comulgar con las posiciones de Cristina. El respaldo de Moretti es un guiño a sectores como los metalúrgicos de Adimra o los industriales bonaerenses, que se alejaron de la actual conducción de la UIA bajo la batuta de Héctor Méndez. También intenta dar una señal de equilibrio político entre los presidenciables.
Lo que ayer llamaba la atención fue el apresuramiento en instalar el nombre de Kaufmann cuando el anuncio del sucesor de Méndez estaba previsto para el 2 de setiembre, cuando la UIA vuelva a festejar el Día de la Industria con una conferencia especial. Nadie supo explicar los motivos de la decisión que tomaron en Córdoba Betnaza, Moretti, Cristiano Rattazzi (Fiat) y Miguel Acevedo (Aceitera General Deheza). Curiosamente, Kaufmann cuenta con la bendición de la lista Celeste y Blanca que es opositora a su propio agrupamiento, el grupo Industriales.
Es que en Celeste y Blanca reina la Copal, que aglutina a las alimenticias y ve en la figura de Kaufmann el retorno del sector que brilla por su ausencia en la conducción desde los tiempos de Alberto Alvarez Gaiani en 2003.
En el camino quedaron heridos. Entre ellos, José Luis de Mendiguren que aspiraba al puesto, pese a que tiene mandato como diputado por Sergio Massa. Cerca suyo comparaban anoche pergaminos en función de la capacidad de lobby de Mendiguren que tiene entre sus credenciales haber conseguido créditos subsidiados por 24.000 millones de pesos y haber organizado una conferencia con dos presidentas, Cristina y Dilma.
La elección de Kaufmann también se relaciona con la necesidad de un perfil “menos político y más empresario, de cara a la nueva etapa política”, dijo a Clarín uno de sus electores.