Una nuevo problema
Creció de 13,75 al 14,25% anual. Busca contener la inflación. Industrias y gremios la critican por su carga recesiva.
En medio de una economía con problemas serios decidió subir la tasa de interés a su mayor nivel en 9 años. Dijo que es para contener la inflación. Pero la industria y los gremios la criticaron duro. Pasa cuando la imagen de la presidenta volvió a caer.
En un indicio de los problemas económicos cada vez más acuciantes que enfrenta el gobierno de Dilma Rousseff, el Banco Central de Brasil elevó ayer la tasa referencial de interés en medio punto al subirla del 13,75 % hasta el 14,25 % anual, su mayor nivel desde octubre de 2006 y la séptima subida consecutiva con el fin de contener la inflación. La medida fue celebrada por los mercados, pero mereció el reproche de industrias y sindicatos, cuyos líderes coinciden en pronosticar que alimentará la recesión.
En un comunicado, el Comité de Política Monetaria (Copom) del ente emisor explicó que, “evaluando el escenario macroeconómico, las perspectivas para la inflación y el actual balance de riesgos”, determinó “elevar” la llamada tasa básica Selic. El organismo consideró que el nuevo nivel “es necesario para la convergencia de la inflación hacia la meta a finales de 2016”.
El Gobierno admitió recientemente que la inflación este año puede llegar al 9,0 %, exactamente el doble de la meta del 4,5 % y por encima del techo máximo de tolerancia del 6,5 %.
El mercado estaba dividido sobre el aumento de la tasa aplicada como referente para los tipos de obliga- ciones en el país, con un grupo de analistas que preveían una subida de un cuarto de punto porcentual y otros que apostaban por el medio punto, como sucedió. Para la próxima reunión del Copom, programada para el 1 y 2 de septiembre, el mercado prevé otro aumento de ese índice de referencia.
La séptima subida busca encarecer el costo del dinero, restringir el crédito y disminuir el consumo para frenar la subida de los precios, pese a que también dificultará la inversión en momentos en que Brasil se encamina hacia una recesión económica.
Ello debido a que el Producto Bruto Interno (PIB) se contrajo un 0,2 % en el primer trimestre y la proyección es que vuelva a retroceder en el segundo trimestre, con lo que configurará técnicamente una recesión. Brasil tan solo creció un 0,1 % el año pasado y el Gobierno prevé que la economía sufrirá una contracción del 1,4 % este año.
La elevación de la tasa se da también en momentos en que el dólar se cotiza en su mayor valor desde 2003, con una depreciación acumulada del real en lo que va del año próxima al 25 %, y con el Gobierno en crisis política y con dificultades para adoptar un ajuste fiscal.
En medio de este escenario, la Confederación Nacional de la Industria (CNI) consideró equivocada la decisión del Copom. “La elevación de la tasa de interés básica de la economía (...) retraerá todavía más la actividad industrial. Los intereses altos encarecen el capital de explotación de las empresas, inhiben las inversiones y desestimulan el consumo de las familias”, consideró la CNI en un comunicado.
En el mismo sentido también se expresaron representantes sindicales tras conocer el nuevo aumento del precio del dinero. “La decisión del Copom (...) es extremadamente perversa con los trabajadores. Al subir la tasa, el Copom continúa colocando un obstáculo en el desarrollo y el crecimiento económico del país”, afirmó Miguel Torres, presidente de Forza Sindical.
A la desaceleración del PBI, se suma la inflación y un creciente desempleo. El gobierno de Rousseff, además, promueve un fuerte reajuste para ordenar las cuentas públicas que incluye el recorte de miles de millones de dólares en el presupuesto y un paquete enviado al Congreso con medidas para reducir gastos en pensiones.
Pero la debilidad política del gobierno – la presidenta Rousseff cuenta con menos de 8% de aprobación, según el último sondeo– tampoco permitió la aprobación íntegra de este paquete en el Congreso.