Scioli endulzó los oídos de la ortodoxia sindical peronista
En un acto con los caciques de la CGT oficial y disidente prometió cuidar el modelo gremial vigente.
Ayer no fue un día peronista. No sólo porque no salió el sol y llovió demasiado, sino porque Daniel Scioli recibió el apoyo de su Mesa Sindical en un acto “desperoniza
do”, sin militancia, sin bombos, sin pancartas y con una Marcha Peronista que sólo sirvió como cierre.
Lo que hubo en el pabellón 6 de Costa Salguero fueron unos 3.000 dirigentes de unos 100 gremios que apoyan la candidatura presidencial del gobernador y no salieron decep
cionados: Scioli se comprometió ante ellos a cumplir los reclamos medulares del poder sindical.
Para los gremialistas presentes, sonó a música celestial escuchar las promesas de “cuidar el poder adquisitivo del salario”, “respaldar el modelo de asociaciones sindicales por actividad”, “fortalecer el sistema de obras sociales” (que recibió los mayores aplausos), “normalizar la integración del movimiento obrero en sus instituciones” e “impulsar el acuerdo económico y social”, entre otros puntos.
Antes, en un discurso guionado, en el que lo que decía desde el atril se repetía en frases proyectadas sobre una moderna pantalla de leds ubicada sobre el escenario, el candidato K dijo que si gana las elecciones “priorizará el trabajo argentino y la producción nacional”, que son “las banderas fundacionales del peronismo”.
Scioli insistió en los logros de los gobiernos de Néstor Kirchner y de Cristina, y elogió la”solidez intelectual” de su compañero de fórmula, Carlos Zannini, presente en el acto. “Estamos acá para convocar a los nueve millones de trabajadores a avanzar en lo que falta”, dijo. Lo más concreto que anunció fue “asumir el desafío de la segunda generación de la reindustrialización, con más parques industriales en todo el país, a los que se sumarán escuelas técnicas y delegaciones de la banca pública”.
Extasiados, lo escuchaban diri-
gentes de distintos sectores sindicales. Kirchneristas como Antonio Caló (UOM), Andrés Rodríguez (UPCN), Gerardo Martínez (UOCRA), José Luís Lingeri ( Obras Sanitarias), Sergio Sasia (Unión Ferroviaria), Omar Viviani (taxistas), Pablo Biró (APLA), Guillermo Moser (Luz y Fuerza), Víctor Santa María (encargados de edificios) y Sergio Romero (UDA); moyanistas como Omar Plaini (canillitas) y Amadeo Genta (municipales porteños), y hasta un independiente como Rodolfo Daer (Alimentación).
Antes de la llegada de Scioli, el locutor pidió varias veces a los concurrentes que rompieran el silencio. “A ver esas consignas”, propuso con poco éxito. El primer momento peronista de la tarde fue cuando se exhibió un video con imágenes de Perón y calentó algo el clima.
Caló abrió la lista de oradores con una larga lista de elogios a Néstor y Cristina, y se metió con un tema
que le había traído problemas: volvió a hablar del aumento del salario mínimo y aclaró que es sólo “un piso”. Para el final, eligió parafrasear a Herminio Iglesias: “Voy a trabajar las 24 horas del día y de la noche también para que Scioli sea presidente de la Nación”.
Zannini, que se destacó por haber sido el único vestido de traje y corbata, alabó la gestión kirchnerista y criticó, sin mencionarlo, a Mauricio Macri, al aludir a “los que hacen lo que les dicen los gurúes” y que, “al revés de Néstor, quieren dejar cualquier convicción con tal de llegar a la Casa de Gobierno”.
Al final, todos entonaron la “Marchita”, el segundo momento peronista de la tarde, y los sindicalistas se fueron contentos. Afuera, llovía y hacía frío. No fue un día peronista, pero Scioli les dio el calor (y las promesas) que esperaban.