Sanz acelera para pelearle votos a Macri y a Carrió en la Capital
Hará seis actos hasta las PASO en el distrito donde mejor miden sus competidores. Confía en recuperar el voto radical.
Una cena en Nuñez, esta noche, para recaudar fondos. Una caminata por San Telmo, el domingo, para mostrarse con Rodolfo Terragno, que se postula al Parlasur. Un acto con Ricardo Gil Lavedra en Recoleta y otro en La Boca con su candidato a diputado, Mariano Genovesi, para gastar suela a lo largo del lunes. Más un cierre el jueves, en salón a designar.
Ernesto Sanz, mendocino de pura cepa, no preparó ese itinerario para conocer el cien barrios porteños. El motivo fue otro: en esa agenda, que incluye otras exhibiciones en la Reina del Plata para redondear seis actos en los ocho días que quedan de campaña, se encierran las últimas apuestas del jefe radical para quitarle votos a sus rivales en la interna de Cambiemos, Mauricio Macri y Elisa Carrió, referentes de sus respectivas fuerzas en el distrito.
Los cerebros de campaña, el dirigente histórico Jesús Rodríguez y el “loco” de las computadoras Gonzalo Berra, lo convencieron de dar un drástico giro en su discurso. Pero no como el de Macri, que fue para aplacar los miedos sembrados por el kirchnerismo, sino para marcar diferencias y contener al votante progresista proclive a irse con Margarita Stolbizer.
“Tuvimos que esperar que pase el balotaje porteño, porque nadie nos hubiera dado bola antes”, confesó descarnadamente uno de los asesores de Sanz a Clarín. Por eso, admitió la fuente, frases tales como “no tenemos gurúes, sino militantes y debate”, ó “no tenemos que cambiar de discurso, porque somos coherentes”, parecieron una postura de Sanz impulsada sólo por los corcoveos de último momento en el mensaje del líder del PRO.
Pero la explicación que da el equipo de Sanz es que estaba pautada la idea de subir el tono, aunque no se había contemplado aún que el resultado en Capital le iba a dar de regalo el apoyo exclu- yente de quien se convirtió en el fantasma del macrismo en el balotaje, Martín Lousteau. De todos modos, el ex candidato de ECO sólo aparece a cuentagotas. Es tarde no lo acompañará a pelear el voto del socialismo en Rosario, como habían pactado. Aunque sí prometió escoltarlo en Parque Norte, en la cena para recaudar fondos, a 1.500 pesos por cabeza. También aparecerá en el spot que grabaron juntos con propuestas sobre economía y Justicia, para las redes sociales.
En público, Sanz insistirá en que la UCR “puede ganar” la interna. En la intimidad, acepta que la idea consiste en acortar distancias con Macri con un doble propósito: dejar tercera lejos a Carrió y subir al radicalismo a la negociación de una estrategia con el líder del PRO para octubre. Un porcentaje “interesante” (el que más se asome a los dos dígitos del total) podría determinar que, aún en una derrota, Sanz pueda sacar rédito y hacer pesar su figura. ¿De qué modo? Mostrando que es indispensable para impedir una fuga masiva de sectores refractarios al PRO, ya sea hacia Stolbizer o en menor medida a otras ofertas ajenas al frente Cambiemos.
“Somos aliados, pero en agosto vamos a competir”, repite Sanz, para que no queden dudas dentro y fuera de su partido. Para mostrar dureza, ya desafió a Macri a un debate y como no lo consiguió, rechazó que posen juntos en un programa de TV hasta las PASO. Tampoco aceptó compartir búnker el domingo 9, hasta que se conozca el ganador. Aunque Carrió, tras almorzar a solas con Macri, el miércoles, lo convenció de firmar la tregua con una foto del trío. Será mañana, como anticipó ayer Clarín (ver “Foto conjunta...”).