Apenas una pista que será de cualquier modo limitada
El fragmento hallado puede aclarar sólo parte de uno de los mayores misterios de la aviación comercial.
El avión desapareció el 3 de marzo de 2014 con 239 personas a bordo sin dejar rastro.
El fragmento es una pieza de dos metros de largo encontrada por voluntarios de limpieza de una playa en St. Andre, en el noreste de la isla de Reunión, el miércoles.
El viceministro de Transportes de Malasia, Abdul Aziz Kaprawi, dijo el jueves que era “casi seguro” que los restos provenían de este modelo de avión.
La sospecha se consolida debido a que el tamaño del fragmento refuerza la teoría de que no ha estado en el océano por mucho tiempo. Si bien, los moluscos adheridos al fragmento hacen pensar que el pedazo de alerón llevaba un tiempo largo a la deriva.
En una consulta de la BBC de Londres, Ellis Taylor, especialista en aviación, dijo que era difícil determinar su antigüedad, ya que parece estar hecho de material compuesto de fibra de carbono y resina, que puede ser muy resistente a la erosión.
El objeto fue hallado a unos seis mil kilómetros al suroeste de donde se supone que desapareció el avión. Pero, aunque la distancia es gigante, es posible que el fragmento haya viajado ese enorme recorrido. e Para los responsables de la búsqueda, el área de Madagascar era la zona más probable donde hallar restos del avión. Y La Reunión no está lejos de ese esquema.
Puede tratarse sin embargo de partes de alguno de los numerosas aviones que se han estrellado en el Océano Indico en las últimas dos décadas, advierten con cautela los expertos. De ellos, dos grandes aviones terminaron en aguas cercanas a las Islas Comoras.
De todos modos, se requiere apenas un par de días en promedio pa- ra lograr una identificación plena. Sucede que las piezas, incluyendo los alerones, por lo general vienen con un número de serie, el nombre del fabricante y la certificación de seguridad.
El dato preocupante añadido a este descubrimiento es que no alcanzará para resolver lo que sucedió con el MH370. Ni siquiera será suficiente el estudio de ese fragmento para rastrear la trayectoria del vuelo con certeza. Para eso se requerirían las cajas negras.