Clarín

Isol, la inteligenc­ia aplicada a los niños (y a los grandes también)

Hay personajes para armar, papeles para dejar deseos, dibujos para iluminar y un sutil trabajo con la emoción.

- Susana Reinoso seccioncul­tura@clarin.com

Isol nada en un mar dibujos corpóreos, personajes, papel, figuras de cartón que forman parte de su muestra en el Centro Cultural San Martín, como una de las propuestas de vacaciones de invierno más atractivas para los chicos o –sospecha quien haya visto su trabajo– con un costado más bien para los grandes.

Ella está relajada, el día en que se hace esta nota. Y en ese estado zen responde las inquietude­s y sugerencia­s del equipo de productore­s que la consultan y, como está embarazada de cuatro meses y medio (“parezco de mil, ¿no?”), también la cuida.

Ganadora hace dos años del Astrid Lindgren Memorial Award (ALMA), otorgado por el gobierno de Suecia, uno de los mayores premios de la literatura infantil mundial, Isol es ilustrador­a y autora de libros infantiles; ingeniosa, divertida y cercana a los más chiquitos.

En una de las paredes de la sala hay planchas de imanes donde los visitantes podrán armar y desarmar figuras de animales y bichos a su gusto, un poco más allá la infaltable biblioteca para demorarse en los cuentos y los libros ilustrados. Del otro lado una casita oscura, donde los chicos ingresan con linternas e iluminan dibujos fluorescen­tes que a simple vista y a la luz del día no se pueden apreciar. Como aparicione­s, se ven imágenes como una nena regando y la inscripció­n “El sueño de crecer”. O un niño durmiendo solo y una sombra que entra por la puerta: “El sueño del compañero de habitación”.

“Son como seis muestras en una, más propuestas inéditas. Los chicos también pueden leer El menino, mi último libro, que todavía no salió, pero no quiero que ese hecho les impida conocerlo”, dice Isol, que colgó una olita en un mar hecho con papelitos de color. En los papelitos se dejan deseos. “Ser una medusa”, escribió alguien; “Tener un perro”, “Ser actriz”. “Verla crecer”, puso ¿un grande? “Que los niños sigan siendo niños”. Y al lado, otro trazó un flecha y mejoró la oferta: “Que los grandes también sigan siendo niños”.

En la sala también hay ilustracio­nes de su libro ABC, inédito pro el momento, y de otros textos publicados. “Quiero que lo interesant­e sea divertido para los chicos, que ellos se inspiren y creen a su vez. Muchos me regalan lo que hacen y lo tengo en mi taller un tiempo hasta que se van destiñendo”, dice la futura mamá de una beba que aún no tiene nombre.

En otra pared están los dibujos de Vidente natural: con la ayuda de un bolillero y a la manera del I Ching, los dibujos tienen textos escritos por Isol que van revelando verdades de acuerdo con la pregunta y la circunstan­cia. “No sólo lo disfrutan los chicos, sino también los adultos”, dice y se ríe. Cuenta que una vez un nene le preguntó al vidente si tendría una mascota y el texto del dibujo dijo: “Verano”. Y como si ella misma fuera un I Ching agrega: “Cuando uno está buscando algo, lo encuentra”.

La muestra se completa con una galería con 16 dibujos originales. Isol aclara que no es una artista plástica, sino “una ilustrador­a y autora de libros que cuentan historias”. Sin parafernal­ia tecnológic­a -pero con apreciable sofisticac­ión emocional-, Isol es eficaz con una propuesta sencilla. Inteligenc­ia y emoción. No se puede pedir más.

 ?? HERNáN G. ROJAS ?? El propio bestiario. Isol, en una ampliación troquelada de un dibujo suyo.
HERNáN G. ROJAS El propio bestiario. Isol, en una ampliación troquelada de un dibujo suyo.
 ?? HERNáN G. ROJAS ?? Para armar. Imanes con personajes cortados en partes, para intercambi­ar.
HERNáN G. ROJAS Para armar. Imanes con personajes cortados en partes, para intercambi­ar.

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