“Somos once guerreros a morir”
Asegura que su pasado no lo condiciona y que en 90 minutos se aparta de lo que siente su familia.
Era un pibe cuando debutó con la banda roja. Jugó tres años en River, con poca continuidad, se fue a préstamo a Reggina, volvió a Núñez, su rumbo itinerante lo condujo a estas tierras y nunca más dejó México. Hace doce años que Damián Alvarez juega aquí. Incluso, hasta llegó a jugar en el Tri, la Selección mexicana. Y hace cinco temporadas que viste la camiseta de Tigres. Pero el corazón late en Núñez porque nació en Morón, pero se crió en el Monumental. Entonces, este partido fue un desafío para la Chilindrina, como fue bautizado por los aztecas porque al llegar al Morelia lucía unas colitas al estilo del personaje que interpretó María Antonienta de las Nieves en la vecindad del Chavo.
Y ahora que luce el pelo corto y cumplió 36 años dice en la zona mixta del estadio Universitario que, más allá del sentimiento, su único objetivo es ser partícipe de esa vuelta olímpica que no pudo dar en el breve lapso que jugó en River, más allá de que no sabe si será titular porque Javier Aquino está recuperado de la lesión en la pierna izquierda que lo dejó afuera del duelo de ida. -¿Se pusieron a pensar que le dieron vida a River y ahora pueden sufrirlo en la final de la Copa Libertadores?
-Siempre hemos sido honestos con la competencia. Muchos nos adjudican que ayudamos a River porque vencimos a Juan Aurich, pero salimos a ganar en Perú, como en cualquier partido. No estamos arrepentidos. Y nos toca de nuevo River, un rival difícil, uno de los mejores, por algo llegó a la final. -¿Tenés una sensación ambigua por el hecho de haber jugado en River? - No, no... Nadie me saca de la cabeza que quiero ganar la Copa Libertadores. Mis compañeros, también. Se involucra un poco mi pasado, pero yo no pienso en River cuando juego con Tigres. Ante todo, soy profesional y no me pongo sentimental. -Hubo una paridad en los tres partidos que jugaron. ¿Creés que va a ser una final cerrada? -Nuestra tranquilidad es que dejamos todo en la cancha. El planteo de River lo ayudó a llevarse el empate. Allá va a ser distinto. -¿No les puede pesar jugar en un estadio que se prepara para vivir una fiesta? -Nosotros nos estamos jugando todo, ojo. Queremos ser el primer equipo mexicano en ganar la Libertadores y dentro de la cancha somos once guerreros a morir y queremos ganar la Copa. Evidentemente, la gente tiene su peso específico en el Monumental, pero no entran a jugar al campo de juego. -Los que te van a meter presión a vos son tus familiares... -Ellos me conocen bien. Nunca voy a abandonar mi profesionalismo. En noventa minutos, me aparto de lo que siente mi familia. Ojalá me toque jugar.