Clarín

Un equipo sin cracks y con una virtud

- Mariano Ryan mryan@clarin.com

Era inevitable. De pronto, una vez consumada la victoria frente a Serbia con el dobles del sábado, una ola de optimismo invadió Tecnópolis. Y no fueron pocos los que comenzaron a soñar otra vez con la Copa Davis, ese bendito y esquivo trofeo que excede al tenis argentino. Pero, por favor, un llamado a la lógica: paños fríos se piden, se exigen, se ruegan para no volver a caer en la tentación tan nacionalis­ta de sentirse campeón antes de salir a la cancha. Faltan dos pasos y, sobre todo, falta demasiado tiempo. Con muchos accidentes que podrán aparecer en el camino. Y con muchas historias por completars­e todavía alrededor del pequeño puñado de jugadores de los que dispondrá Daniel Orsanic frente a Bélgica y, ojalá, contra Gran Bretaña o Australia en una hipotética definición.

Es cierto que los adversario­s tampoco tienen para tirar manteca al techo. Ninguno de los tres es Suiza con Federer y Wawrinka, o España con el mejor Nadal sobre polvo de ladrillo, o Serbia con Djokovic jugando de local, o aún Francia con un equipo más largo y en cualquier superficie. Aunque los tres son para respetar.

Argentina está frente a un escenario inédito. Por primera vez desde los tiempos de Guillermo Vilas llegó a una semifinal sin un fuera de serie (como lo fueron Nalbandian o Del Potro, por ejemplo) en el equipo. Y mirando lo que se viene en Bruselas asusta más la superficie que eligieron los belgas que los nombres que tiene el adversario.

El último campeón de la Davis sin un top ten en la final fue Australia, que en 1999 se consagró de visitante contra Francia con el gran dobles de Woodbridge y Woodforde pero con Philippous­sis (estaba 19° en el ranking) y un Hewitt (22°) al que todavía le faltaban dos años para ser el número 1 del mundo, como singlistas. Aquel equipo, que festejó en el polvo de ladrillo de Niza después de pasar a la final en el césped de Brisbane frente a los rusos Kafelnikov y Safin, tenía un aspecto similar a éste de Orsanic: todos sus jugadores (los que son convocados, está claro) tiraban para el mismo lado. Quizá esa sea la máxima virtud de esta Argentina modelo 2015.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina