Sanz apuesta a diferenciarse de Macri y le pone pimienta a la interna
Hizo circular un mail criticando al líder del PRO por no definirse “antikirchnerista” y rechazar un debate.
El Relato, así, en mayúsculas, es de indudable propiedad kirchnerista. Aunque por estas horas el radicalismo montó su propio “relato”, más modesto, sobre el significado del frente que anudó con el PRO y la Coalición Cívica.
Esa hoja de ruta se compone de dos coincidencias centrales y veinte diferencias que el comando de campaña de Ernesto Sanz prometió ir difundiendo por entregas, para ir calentando el último tramo de la campaña para las PASO de Cambiemos.
“Respeto por el pluralismo y la división de poderes”. “Necesidad de un ordenamiento económico que saque a la Argentina de su es- tancamiento actual”. A esos conceptos se reducen los acuerdos que justifican la aventura electoral que emprendió la UCR en Gualeguaychú, con Mauricio Macri como casi seguro timonel del proyecto presidencial. Las diferencias van por el lado de la visión sobre “la política, la igualdad, el progreso, la ley y el estilo de liderazgo”.
Ahora, cuando apenas faltan cinco días para el cierrre de las campañas, el foco de Sanz y los suyos estará puesto en remarcar las divergencias, a contramano del llamado a licuarlas que vienen haciendo Mauricio Macri y Elisa Carrió. Su consigna es quedar lo mejor parado en el tablero del 9 de agosto, para renegociar los espacios en la alianza que deberá medirse con el oficialismo en octubre.
“La competencia”, titularon el mail que empezó a recorrer casillas de comités y de oficinas de los popes del partido, con estrictas instrucciones para desparramar la receta entre la militancia. El guión quedó a cargo del candidato a vice y jefe de los equipos técnicos del precandidato radical, Lucas Llach, y el “gurú” de la computación, Gonzalo Berra, jefe de campaña.
Anoche, durante la cena de recaudación de fondos en Parque Norte, ante miles de dirigentes de todas las generaciones, “Lucas”, como lo presentaron, difundió algunos de los puntos más sensibles del libreto, con el apoderado Mariano Genovesi, candidato a diputado porteño, en el rol de interrogador.
En su recetario, el economista destaca que si el PRO da por abolidas a las ideologías, Sanz levanta la bandera ideológica de la democracia social. “Está más cerca de Obama que de los respublicanos en EE.UU. y del PSOE español que del Partido Popular”. Un dato: el macrismo se considera primo hermano del PP. Volviendo a la política criolla, asegura que “Macri afirma no ser ‘anti-kirchnerista ni anti-nada’. En el caso de Sanz, su identidad definitoria no es ser anti-kirchnerista; pero el hecho de ser un socialdemócrata moderno lo convierte en anti-kirchnerista”.
Hay más diferencias para este boletín. “Sanz considera que es un deber no sólo mostrar su persona al electorado, sino también su plan de gobierno”, afirma el correo enviado por el comité de campaña radical. “Macri no tiene una página con propuestas”, acusa. Y va por más: propone “dejar de discutir medidas del kirchnerismo, como Aerolíneas o la AUH, para centrarnos en el poskirchnerismo”. Lapidario. Otra estocada: “el debate no es dañino”. Teléfono para Macri.
El PRO esquiva la fricción. La UCR, débil pero ducha en roscas, le advierte: así son las internas.