Clarín

Las Grutas, el nuevo destino de la ballena franca austral

Hasta hace 5 años solo se veían en Península de Valdés. Pero ahora visitan también las costas de Río Negro.

- BARILOCHE. ESPECIAL Claudio Andrade bariloche@clarin.com

La ballena franca austral ha encontrado un nuevo refugio en la Patagonia. El golfo San Matías, ubicado sobre las costas de Río Negro, es considerad­o por los especialis­tas

como el f lamante paraíso de los

cetáceos. Aunque todavía algunos escalones por debajo del golfo Nuevo (Chubut) donde se los descubre en gran número. Según vienen detectando los expertos desde hace 5 años los cetáceos emprenden el regreso a esta área porque se sienten seguros y cómodos. Y ya empieza a tomar forma a un nuevo boom turístico. Entre agosto y diciembre se espera la llegada a la zona de 5.000 turistas interesado­s en ver a estos enormes animales.

Hasta el 2010 la presencia de las ballenas era un patrimonio exclusivo del golfo Nuevo en la Península de Valdés. Pero hoy algunos estudios indican que la ballena franca austral está buscando otros escenarios en los que tener sus crías. Se las ha visto con claridad desde las costas de los balnearios de Las Grutas y Playas Doradas, y desde el Puerto de San Antonio Este. Se cree que en el mundo quedan sólo 3000 ejemplares de la Franca Austral. En la Asociación de Prestadore­s de Servicios Náuticos de San Antonio Oeste, Las Grutas y Puerto del Este calculan que en la pasada temporada contaron unos 300 cetáceos en el golfo San Matías. Dicen que, como beneficio, este golfo tiene una mayor abertura de entrada y la contaminac­ión de sus aguas -con algas que incomodan sus movimiento­s, y basura, que dificulta sus procesos alimentici­os-, es menor que la del golfo Nuevo. Por otro lado, las gaviotas aquí no atacan a las ballenas provocándo­les heridas que luego se infectan. “Estuvimos mucho tiempo traba-

jando en la difusión de esto, en una provincia que mira a la cordillera. Hoy, las ballenas son un atractivo innegable de la costa rionegrina. La hegemonía era de Chubut, a tal punto que ellos pensaban que las ballenas eran suyas, y esto también

cambió”, explica a Clarín, Edgardo Intrieri, asesor técnico en Medio Ambiente y Fauna Marina de la Legislatur­a y presidente de la Asociación de Prestadore­s.

Mañana se lanza oficialmen­te una nueva temporada de avistaje en Río Negro. Son cuatro los operadores que ofrecen un paseo de entre una hora y media y dos horas, saliendo del puerto de San Antonio Este, durante el cual los visitantes son ubicados a escasos metros de estos gigantes.

Las operadoras trabajan con embarcacio­nes para 12 personas que no superan el tamaño de una ballena –miden entre 12 y 15 metros– con el propósito de no perturbar su comportami­ento natural.

Como la legislació­n rionegrina –Ley 4066 de Avistaje de Mamíferos Marinos en el Golfo San Matías– todavía está en proceso de reglamenta­ción lo que predomina entre los micro empresario­s es la racionalid­ad para cuidar del recurso. Incluso no existe una prohibició­n formal para que los turistas puedan bucear junto a los cetáceos. Hay gente como el doctor Roger Payne, el mayor especialis­ta de ballenas en el planeta, que alienta la actividad. “La ballena franca es un individuo altamente social que busca el contacto de los seres hu

manos”, explica Payne. Las playas de Las Grutas son conocidas por su calidez en verano. La temperatur­a del agua supera los 24 grados. Sólo entre enero y febrero llegan al balneario alrededor de 400 mil personas.

 ?? M. BRUNELLA ?? Espectácul­o. Un ejemplar de ballena franca en el Golfo de San Matías, provincia de Río Negro. /
M. BRUNELLA Espectácul­o. Un ejemplar de ballena franca en el Golfo de San Matías, provincia de Río Negro. /

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