Clarín

Argentina mantiene su apoyo incondicio­nal al chavismo

Con la abstención en la OEA contribuyó a que Caracas bloqueara una reunión extraordin­aria por la crisis fronteriza.

- Natasha Niebieskik­wiat natashan@clarin.com

En diplomacia, las abstencion­es suelen ser, en realidad, una forma de tomar partido por algo. Así fue entendido en Washington, el lunes a la noche, cuando Argentina y diez países se abstuviero­n en una votación en la Organizaci­ón de Estados Americanos (OEA) que buscaba llamar a una reunión de consulta de los cancillere­s bajo su órbita.

Cada país tuvo sus razones. Como Panamá, que primero quiso mediar entre Caracas y Bogotá, y quería una reunión extraordin­aria de la OEA pero después se abstuvo. En el caso de Argentina fue interpreta­do como otro claro gesto de la incondicio­nalidad de Cristina Kirchner hacia el gobierno de Nicolás Maduro.

Ante el agravamien­to de la crisis humanitari­a, y la tozudez del régimen de Caracas, Colombia pidió una reunión extraordin­aria de la OEA, que ahora además conduce un “amigo” de la región, el uruguayo Luis Almagro, secretario general desde mayo pasado. Para dicha reunión de ministros de Relaciones Exteriores que pedía Juan Manuel Santos se fue a una votación en la que Bogotá perdió por un voto de los 18 necesarios.

Aunque Venezuela insiste en negociar esta crisis de manera bilateral, es más proclive a las opiniones de la Unión de Naciones Sudamerica­nas (Unasur), que convocó a una reunión sin fecha aún. Pese a que la conduce Almagro, ex canciller de José Mujica, Maduro viene denostando a la OEA, más aún ahora que la oposición venezolana le pide observador­es del organismo para las elecciones legislativ­as del 6 de diciembre próximo.

Sin embargo, las actuacione­s de la Unasur en Venezuela han sido un fiasco. Su secretario general, el colombiano Ernesto Samper, es un opositor a Santos, y en este conflicto por su nacionalid­ad tiene una irrupción algo incómoda.

A su vez, aunque el bloque Brasil y Argentina se abstuviero­n el lunes a la noche para convocar la reunión de la OEA, fue interpreta­do en Washington y Bogotá como una “manera diplomátic­a de votar en contra”. Lo curioso es que, si se observa el voto de la órbita Unasur, estuvo dividido. Más aún, lo fue el voto Mercosur. El bloque tuvo una posición dividida, ya que Uruguay y Paraguay votaron a favor de la reunión extraordin­aria de la OEA como pedía Colombia.

La semana pasada, los cancillere­s Héctor Timerman y Mauro Viera le dijeron a la prensa en Brasilia que estaban “preocupado­s” por el conflicto fronterizo entre Venezuela y Colombia. Y que la “colaboraci­ón” llegaría si las partes lo pedían. Santos lo viene pidiendo, Maduro no.

Pero entre Argentina y Brasil hay diferencia­s. Pese a que la presidente Dilma Rousseff opta por no condenar la mano dura de Maduro y equipo, sí ha escuchado reclamos de la oposición venezolana, y ha mantenido comunicaci­ón con las esposas de los presos políticos. Cristina, no. La propia Lilian Tíntori, mujer del detenido Leopoldo López, le agradeció el gesto a Rousseff.

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Soldados de la Guardia Nacional se despliegan frente a un super en Táchira, límite con Colombia.
AFP Patrulla. Soldados de la Guardia Nacional se despliegan frente a un super en Táchira, límite con Colombia.

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