Europa: más países reimplantan los controles a los refugiados
A Alemania se sumaron Austria, Holanda y Eslovaquia. Polonia y Bélgica estudian medidas similares.
La Unión Europea se divide profundamente ante la mayor crisis de refugiados en el continente desde la Segunda Guerra Mundial. Al anuncio alemán del domingo de reestablecer los controles fronterizos en su frontera sur con Austria –rompiendo así el espacio de libre circulación de personas que comparten 22 países europeos- se empezaron a sumar ayer otros gobiernos. Eslovaquia y Austria impusieron también controles en sus fronteras con Hungría. Holanda empezó a desplegar policías en sus fronteras terrestres y Polonia y Bélgica anunciaron que estudian medidas similares.
La reunión de ministros de Interior del bloque celebrada en Bruselas acabó sin acuerdo detallado sobre el sistema de cuotas diseñado por la Comisión Europea para repartirse a 120.000 refugiados de los casi medio millón que llegaron ya este año. Sólo se ratificó el acuerdo de julio –que no se ha puesto en marcha- para repartirse a 40.000, pero de forma voluntaria y por ahora los ofrecimientos de plazas sólo llegan a 32.000. Hay un “acuerdo político” para colocar a esos 120.000, pero sin fechas, sin cifras por países y sin obligatoriedad. Como si no fuera urgente.
Los países de Europa del este, principalmente Hungría, Eslovaquia, Polonia, la República Checa y Letonia, rechazaron que se detallara ese acuerdo. El canciller luxemburgués Asselborn llegó a decir que estos países “quizás necesitan un poco de tiempo para aceptar ciudadanos de otro color y otra religión”.
Para tomar esa decisión no es ne- cesaria la unanimidad y esos países no forman una mayoría suficiente de bloqueo, pero Berlín y París querían evitar un voto que dividirá aún más al continente. Del fracaso de la reunión de ayer saldrá –si no una cumbre de líderes antes– otra reunión el 8 de octubre donde sí se podría votar para desbaratar el bloqueo votando por mayoría.
Los ministros sí acordaron una batería de medidas sobre inmigración y refugiados, encaminadas en su mayoría a dificultar aún más la llegada de personas a Eu- ropa. Una de las principales ideas es la construcción en los países de llegada –básicamente en Grecia e Italia– de “centros de retención”. Se trataría de encerrar a toda persona que llegue a las costas europeas para separar a los refugiados con derecho a asilo de los inmigrantes económicos. Estos últimos serían repatriados. Para decidir quién es refugiado se crearía una lista de “países seguros”, pero aquí también hay divisiones porque la prensa alemana aseguraba ayer que Berlín quiere incluir en esa lista incluso a Irak.
En esa lista de países seguros podrían entrar todos los de los Balcanes pero también Turquía –aunque ayer la presidencia luxemburguesa de la UE lo rechazó “por la situación de los kurdos”– o incluso algunos africanos. Además, los ministros estudian la creación de más campos de refugiados en el norte de Africa y Oriente Medio para declarar que quien esté en ese campo ya no corre peligro y por lo tanto ya no tiene derecho a asilo.
Además, varios ministros aseguraron ayer que no habrá reparto de refugiados hasta que se establezcan y empiecen a funcionar esos centros de retención. Otros, como el italiano Angelino Alfano, pidieron que Frontex –la agencia europea de control de fronteras– se encargue de las repatriaciones de inmigrantes sin derecho a asilo y que sean financiadas con fondos comunitarios.
Los ministros también acordaron aumentar los fondos europeos para que el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los refugiados mejore la vida en los campos de refugiados en los países vecinos de Siria como Turquía, Líbano y Jordania. También podría intentar comprarse con dinero europeo la voluntad de Turquía de impedir la salida desde sus costas de los gomones que están llegando a diario a las islas griegas. El número de refugiados sigue aumentando. El domingo llegaron a Hungría casi 6.000 personas y ayer más de 10.000. Y el gobierno húngaro acabó la construcción de su valla en la frontera con Serbia.