Mal partido y resultado lógico
A veces, las apariencias engañan. Se esperaba más de dos rivales que ya acumularon siete partidos sin perder. Ambos se complotaron para protagonizar un mal partido, que en el segundo tiempo fue vaciado de emociones y hasta de situaciones claras como para quebrar ese 0-0 ligado al mal gusto.
En el primer tiempo, Quilmes quiso imponer lo que le está dando buen resultado -la pelota contra el piso y ataque abundante- pero chocó contra la idea de Temperley, que es friccionar el juego y hacerlo lo más cortado posible.
A pesar de este escenario, el equipo de Facundo Sava acumuló méritos y situaciones como abrir el marcador, pero el travesaño y el poste le negaron esa posibilidad. Tras una excelente atajada de Crivelli ante un zurdazo de Canelo, llegaron las dos oportunidades netas para el visitante. Desde lejos, el Droopy Gómez aprovechó una salida deficiente del arquero y desde lejos estrelló su remate contra el travesaño. Un rato después, de tiro libre, el ex mediocampista de Argentinos e Independiente clavó su disparo contra un palo cuando el vuelo de Crivelli no alcanzaba para desviar el balón.
Con Arregui y Di Lorenzo como un dúo para la contención a Temperley no le alcanzó para obstruir lo que Romero, Calello y Pérez Godoy, más la colaboración de Gómez, produjeron para el conjunto visitante. El Celeste dependió demasiado del empuje de Grbec, en soledad y marcada desventaja numérica, y de alguna jugada con pelota detenida. Hasta que en el minuto 38, Chimino se encontró con un rebote y su disparo pegó en el travesaño cuando Benítez estaba irremediablemente vencido.
La simulación de Brandán que Ceballos sancionó con la segunda tarjeta amarilla para el mediocampista marcó el destino final del partido. Porque el local se tiró decididamente atrás y achicó los espacios contra su arquero mientras que el Cervecero no fue capaz de sacarle el jugo necesario a ese hombre de más.
A Gómez le faltó oficio y sapiencia para ese pase extra que marcara la diferencia. Tanta fue la falta de claridad del visitante que lo más cerca que estuvo de la victoria fue una aparición de Scifo que abortó Bojanich con un cruce oportunísimo. Es verdad que también pudo hacer la diferencia si Ceballos hubiese sancionado como penal un bloqueo exagerado de Bogino con la mano, quien de ese modo evitó un disparo a gol de Bontempo.
Quilmes estuvo más cerca del triunfo pero no le alcanzó. Para Temperley, en cambio, el triunfo fue haber rescatado un punto que le sirve para el objetivo de sostenerse en Primera.