MATERA En el nombre del padre
“Mi papá falleció cuando yo era chico, pero estoy seguro de que ve todos mis partidos”, cuenta el jugador de 21 años.
Antes de darle la última respuesta a Clarín, Pablo Matera mira a los ojos del periodista y responde: “Si me toca jugar el domingo, me hubiera gustado que estuviera mi padre en la cancha. El falleció cuando yo era chico, pero estoy seguro de que ve todos mis partidos”.
-¿Pensás que te sigue desde donde está?
-Seguro. Siempre lo tengo presente.
La charla transitaba por los carriles normales -esto es, los temas habituales en este tipo de situaciones- a sólo cinco días del debut de Los Pumas en el Mundial de Inglaterra, frente a los All Blacks: la ansiedad de una semana muy larga, el primer entrenamiento en el colegio Haileybury de cara a ese partido, los nervios por no saber la formación titular del equipo, las buenas sensaciones que aparecen en cada situación del día y en cada gesto de la convivencia, las ganas de dar un golpe histórico... Pero Matera parece emocionarse con ese recuerdo y también cuando antes señala que, de haber podido, hubiera invitado a sus cinco mejores amigos y “principalmente” a su mamá a ver el Mundial.
“Ella no podía venir al comienzo, pero sí lo hará para los últimos dos partidos del grupo, contra Tonga y Namibia”, comenta con una indisimulable felicidad.
-Más allá de una respuesta obvia, ¿qué otras razones te llevan a elegir a tu madre?
-Porque ella era la que me llevaba a Alumni y a la URBA cuando estaba en el seleccionado de Buenos Aires. Era la que me rompía las pelotas cuando faltaba a un entrenamiento y era la que me acompañaba siempre a todos lados.
-¿Fue siempre una fanática del rugby?
-No tenía idea de las reglas, pero empezó a meterse de lleno cuando yo arranqué en Los Pumitas y hoy parece una fanática de toda la vida.
- Si entrás a la cancha vas a tener mucho en qué pensar...
-Voy a pensar en mi familia y en mi club, pero tampoco tendré que pasarme de rosca porque eso no jugaría a mi favor. Sería un sueño debutar en un Mundial y ante los All Blacks, pero tenemos que apuntar bien arriba y apuntar a ganar ese partido.
-¿Y cómo se le gana al mejor equipo del mundo?
-Tendremos que hacer todo bien y mejor que nunca. Jugar al 110 por ciento y esperar también que ellos no estén al 100 por ciento. Nos entrenamos al máximo para jugar de la mejor manera ese partido.
-¿Cómo lo plantearán?
-La premisa será atacarlos, totalmente. Cuando se dé la oportunidad, tendremos que atacarlos. Si no, será imposible ganarles.
-A los 21 años y peleando por ser titular el domingo, ¿cómo llegás vos al Mundial?
-De la mejor manera. Yo me siento muy bien, muy cómodo. En mi puesto hay, además, una gran competencia: somos seis tercera líneas que queremos jugar y lo más importante es estar físicamente mejor que nunca. El que le toque jugar deberá estar al 100 por ciento y yo me siento así después de la preparación increíble que tuvimos.
Sostiene que vivió días de “mucha ansiedad porque fue un proceso muy largo llegar hasta acá”. Y dice: “Jugar un Mundial era un sueño, era a lo que le apuntaba desde que empecé a jugar en Juveniles, en Los Pumitas, a fines de 2011. Recién había pasado el Mundial de Nueva Zelanda y cuando empezamos a prepararnos para ese Mundial juvenil me dije que me gustaría jugar el de Mayores, cuatro años después. Todo lo que hice fue para estar acá”.
-Justamente la estadía acá, para vos, empezó muy bien con la victoria de Boca en el Superclásico...
-Anoche no pude acostarme más feliz: ganamos y somos otra vez punteros.
-¿Y cómo pensás que la vas a terminar?
- Yo digo que tenemos muchas ganas de jugar al rugby y pienso que podemos ser campeones del mundo.
Lo dice Pablo Matera. Lo firma quien un día después del debut cumplirá 22 años. El que siempre juega al límite. El que lo hace “en el nombre del padre”.