Un custodio mató a un motochorro en Palermo
Dos ladrones sorprendieron a dos ex policías cuando llegaban a una constructora, tras haber retirado plata en el Microcentro. Les rompieron un vidrio de la camioneta para robarles. Uno recibió un tiro en el pecho.
Dos ex policías llegaban a una constructora en camioneta. Dos ladrones les rompieron un vidrio. Al huir, uno recibió un tiro en el pecho.
La de Carranza al 2200 es una cuadra de edificios y casas, peluquerías, kioscos, verdulerías y hasta una parrilla con poco glamour en una esquina. A pesar de que está en el borde del Palermo apodado “Hollywood” todavía esa zona tiene ritmo y espíritu barrial. Por eso ayer lo que inundó a los vecinos no fue la lluvia, sino el estupor. Es que un custodio de una empresa constructora mató de un tiro a un motochorro que intentó robarle junto a un cómplice.
Fue a plena tarde y en el medio de la calle. Ocurrió a las 14 en la puerta de la compañía DHN, en Carranza 2235. Dos custodios privados, empleados de esa empresa y agentes retirados de la Policía Federal, llegaban a la oficina a bordo de una Volkswagen Amarok. De acuerdo a fuentes policiales consultadas por Clarín, se supone que traían dinero que habían sacado de un banco o de una financiera en el Microcentro. Un rato antes habían salido de un estacionamiento ubicado en la avenida Corrientes y San Martín. Y se cree que dos ladrones, a bordo de una moto Honda Tornado, tipo enduro, los siguieron desde allí hasta Palermo.
Cuando los custodios llegaron a las oficinas de la constructora frenaron en doble fila, algo que, según los vecinos, hacían todos los días. En el momento que los empleados bajaron, los motochorros se acercaron a la Amarok y uno de ellos rompió el vidrio trasero izquierdo con un punzón metálico y luego metió la mano para agarrar una bolsa de nailon en la que, según explicaron los voceros policia
les, no había dinero sino papeles con documentación.
Al escuchar el estallido del vidrio, uno de los dos ex policías, de 60 años, se dio vuelta y encontró a los ladrones en pleno intento de robo. En ese momento, el que había roto el vidrio cruzó de vereda y salió corriendo. Pero el que estaba con la moto quedó más cerca del custodio y, cuando estaba girando para subirse a la Honda y escapar, recibió un disparo de una pistola 9 milímetros en la zona derecha de su tórax.
Así todo, el ladrón siguió corriendo por la cuadra agarrado al manubrio de su moto. Se mantuvo arriba de la vereda, luego se subió a la Honda y atrás suyo lo hizo su cómplice. Pero la herida era mortal: el vehículo empezó a zigzaguear y en la ochava del cruce de Carranza con Paraguay, 80 metros adelante, el conductor perdió el equilibrio y ambos cayeron.
El herido intentó sostenerse de pie al agarrarse de la columna de iluminación pero terminó tendido en el suelo: ya estaba muerto. Su cómplice salió corriendo hacia la avenida Santa Fe, ubicada a dos cuadras de allí.
Según confirmaron fuentes policiales, el ladrón que recibió el disparo y murió no estaba armado. De acuerdo a lo que le contó a Clarín Ana, la peluquera de la esquina
que está justo frente a donde quedó tirada la moto, el cómplice que escapó “tenía algo en la mano, que parecía un arma”.
Los custodios guardaron la camioneta en una cochera y cuando aparecieron los primeros patrulleros de la Policía Federal se presentaron y admitieron que ellos habían protagonizado el hecho. Más tarde quedaron demorados a disposición del fiscal del caso, Lucio Herrera. “Se excedió un poco en la defensa”, resumió una fuente del caso respecto de la actitud del vigilador que disparó.
“Yo lo vi caer al muchacho. Escuchamos el tiro, fuertísimo, y a los pocos segundos los vimos aparecer con la moto. Se estaban tambaleando y cayeron los dos. Uno perdía mucha sangre”, agregó la comerciante.
Si bien no lo confirmaron, los investigadores creen que el motochorro muerto “podría ser un colombiano de unos 25 años”. Sí aseguraron que el hombre que estaba con el custodio que disparó también era un policía federal retirado, de 59 años.
Roberto, un vecino que vio la secuencia, contó que una mujer venía caminando por la misma vereda sobre la que ocurrió todo. “La señora se asustó mucho porque el custodio disparó sin que le importara nada. Ella le gritaba que estaba loco, que le podría haber dado. Y le sacaba fotos al hombre”, relató el testigo. Además, contó que el custodio solía tener problemas en el barrio porque “estacionaba en doble fila y trataba mal a la gente que le pedía que no lo hiciera porque tapaba la salida de sus autos”.