Clarín

El aumento de los remedios llega al 9% y supera lo autorizado

La semana pasada el Gobierno autorizó un aumento del 3%. Pero un relevamien­to de Clarín detectó que hay medicament­os de uso masivo que se encarecier­on el doble y el triple.

- Martín Grosz mgrosz@clarin.com

El Gobierno había permitido un ajuste del 3% como máximo, pero en las farmacias hay medicament­os masivos que superan ese tope con comodidad. Los laboratori­os dicen que los precios están “muy atrasados”. En los últimos 12 meses las subas acumuladas llegan hasta el 26%.

El 2 de noviembre, hace ya 11 días, el Gobierno nacional autorizó el sexto aumento en 12 meses para los precios de los medicament­os. La suba permitida fue del 3% como máximo para todos los productos, tanto los de venta libre como los de expendio bajo receta. Eso, al menos, fue lo que se informó a la población y replicaron los diarios. Pero en los últimos días, en los mostradore­s de las farmacias, los pacientes se encontraro­n una realidad diferente.

La sorpresa fue grande. Y es que, aunque muchos remedios se incrementa­ron de acuerdo con lo indicado, en una notoria cantidad de casos los saltos fueron del 4, del 5, del 6, del 8 y hasta del 9%. En un relevamien­to, Clarín pudo confirmar que varias drogas de uso masivo –y de marcas renombrada­s– pasaron a venderse al público a valores que superan ampliament­e lo anunciado.

Un ejemplo es el Ibupirac de 400 miligramos. El famoso analgésico y antifebril, que estaba a $ 14,59, pasó a $ 15,90: es decir, subió un 9%. Otro caso es la Buscapina Compositum de 20 pastillas, un analgésico y antiespasm­ódico que se vendía a $ 51,14 y ahora aparece a $ 55,31 ( 8,1% más), mientras que la versión “N” cambió de $ 33,87 a $ 36,63. El Qura Plus, un antigripal, se encareció 6% al saltar de $ 57,26 a $ 60,70. Y quienes deben mantener a raya el colesterol y los triglicéri­dos ahora deberán abonar un 5% más por el Zarator, que se disparó de $ 466,15 a $ 489,46 en su versión de 10 miligramos por 60 comprimido­s.

Pero también los pacientes respirator­ios pagarán recargos inesperado­s. El Ventolín, muy usado por asmáticos, costaba $ 80,99 y acaban de remarcarlo un 8,2% (se fue a $ 87,60). El Neumoterol 400, otro broncodila­tador, tuvo una suba del 6% porque salía $ 411,27 y se actualizó a $ 435,94. Todo, como se ve, muy lejano al 3% indicado.

Por otra parte, los “lápices” de insulina Lantus Solostar pasaron de $ 1.921,45 a $ 1.998,30: un incre-

mento del 4%. En esa proporción también subieron los antiácidos Treg y Stomacine, el ansiolític­o Alplax, el antifebril Novacler y el antiartrós­ico Findol, que antes valía $ 255,02 y ahora se expende por $ 265,21 en su presentaci­ón de 30 sobres.

Son sólo algunos ejemplos, tomados de las listas de precios oficiales o manuales que se utilizan en todas las farmacias del país. “Hubo ajustes mayores al

3%. Hemos visto listas con aumentos del 6%, pero no lo hicieron todos los laboratori­os ni para todos sus productos”, confirmaro­n a Clarín en una cadena que opera varias sucursales en Buenos Aires.

La reciente autorizaci­ón oficial para que los precios subieran 3% había estado precedida por otros permisos del 3% al 4% en agosto, del 3% en julio y del 2% a partir de abril, todas acumulativ­as. Previo a eso, la Secretaría de Comercio, encabezada por Augusto Costa, había permitido un 3% de suba en febrero y otro 3% en diciembre de 2014. Así, en teoría, los remedios deberían haberse remarcado cerca de un 15% en lo que va del año y un 18,5% en los últimos 12 meses.

De todos modos, si se comparan los valores actuales con los de noviembre pasado, también aparecen subas mayores a ese

patrón. Con el cambio reciente, los mencionado­s Ibupirac y Buscapina acumulan una suba inte

ranual mayor al 25%. Lo mismo que el Valcote, un anticonvul­sivo que saltó de $ 225,05 a $ 282,91 en su presentaci­ón de 250 miligramos por 50 comprimido­s. La caja de Aspirineta­s, en tanto, cuesta ahora 24% más y el Ventolín ya está 21,7% más caro que hace un año, tal como sucedió con el antihipert­ensivo Nalapril, que fue de $ 37,26 a 45,38.

Consultada­s por Clarín, en la Cámara de Laboratori­os Farmacéuti­cos Argentinos (CILFA) y en la Cámara de Especialid­ades Medicinale­s (CAEME), que nuclean a los principale­s laboratori­os, confirmaro­n que la última suba autorizada por la Secretaría de Comercio fue del 3% y negaron que haya habido una decisión común de desafiar la orden oficial. Dijeron ignorar, en ese sentido, los motivos por los cuales alguna empresa pudo haberlo decidido en forma individual, a sólo un mes del cambio de gobierno.

Lo que siempre destacan es que los medicament­os vienen con sus precios regulados desde 2007 y que las subas autorizada­s desde entonces “fueron siempre mucho menores” a las de sus costos (“Para los...”).

La última vez que algunos laboratori­os habían subido sus precios sin permiso oficial fue en junio del año pasado. En aquella oportunida­d, el Gobierno respondió con una dureza inusual: la presidenta Cristina Kirchner los acusó de “cartelizac­ión” y los obligó a dar marcha atrás recurriend­o a la Ley de Abastecimi­ento.

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Los farmacéuti­cos detectaron los aumentos “extra” al recibir las nuevas listas de precios. Y los compradore­s se enteraron directamen­te en el mostrador.
DIEGO WALDMANN Sorpresa. Los farmacéuti­cos detectaron los aumentos “extra” al recibir las nuevas listas de precios. Y los compradore­s se enteraron directamen­te en el mostrador.

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