Tiene 13 años y quedó embarazada por segunda vez
El novio, el padrastro y el suegro de la menor quedaron en la mira de la Justicia por violaciones reiteradas.
El año pasado había tenido un hijo. Ahora la chica dejó la escuela. El padrastro, el novio y el suegro, en la mira.
María Teresa es una pequeña localidad santafesina que no supera los cuatro mil habitantes. Está ubicada a 200 kilómetros de Rosario. La denuncia de una docente del pueblo destapó un aberrante caso de abuso sexual que tiene como víctima a una adolescente de 13 años, que está cursando su segundo embarazo. El primero fue el año pasado.
La chica tiene un novio mayor de edad que es uno de los tres hombres que quedó en la mira de los investigadores, aunque se sospecha que su padrastro sería el padre del bebé que dio a luz en abril. La Justicia también investiga al suegro, debido a que la chica reconoció que abusó de ella en medio del monte.
La víctima y su familia residen en una zona rural. La menor vive junto a su mamá, de 32 años, su pareja y una hermana de 11. La semana pasada, su maestra de grado alertó a las autoridades políticas y judiciales de que, nuevamente, estaba faltando al colegio. La madre le explicó que era porque estaba otra vez embarazada.
En una primera instancia, el caso quedó en manos del equipo sociosanitario de la comuna. Se entrevistó a los familiares para conocer qué tipo de relaciones mantenía la nena con su entorno. Al haber indicios de abuso sexual, la causa pasó a la Justicia.
La investigación ahora alcanza al novio, quien habría cometido el delito de abuso sexual pese a mantener una relación consentida; al padrastro, sospechado de ser el padre del bebé de seis meses; y al suegro, persona que también habría sometido a la víctima.
La madre explicó que no presentó ninguna denuncia porque su hija “no había sido violada”. Contó que el novio vive cerca de su casa y negó situaciones de abuso. “Hay que aclarar que por más que las relaciones hayan sido consentidas, por la edad de la nena si la otra persona es mayor, estamos hablando de un abuso sexual”, señaló a la radio LT29 de Venado Tuerto la fiscal Paola Borrelo, a cargo de la investigación.
Sin embargo, en una charla informal con su cuñada, la nena al parecer reconoció que tenía dudas sobre la paternidad de su hijo. Admitió que lo había concebido antes de conocer a su actual pareja. Ante esta declaración, la fiscal ordenó un ADN al bebé y al otro que está en curso para determinar las paternidades. El suegro, en este caso en particular, aparece como el adulto menos comprometido, aunque carga con sospechas sobre sus conductas anteriores. Los testimonios recolectados indican que se trató de un “abuso simple sin acceso carnal”. Ahora deben determinar si el autor del delito es el novio o el padrastro.
La magistrada decidió sacar a la chica de su casa y entregarla en guarda familiar junto a su otra hermanita de 11 años, que será examinada ante la sospecha de que también puede haber sido abusada. Se dispuso la realización de una Cámara Gesell para ambas nenas, a fin de conseguir más detalles sobre el vínculo que tenían con los mayores.
“Por el entorno sociocultural en el que viven toman con naturalidad este tipo de situaciones”, señaló la fiscal y finalmente agregó: “Nos llamó la atención tanto la forma en que la nena interpreta todo lo vivido como las respuestas de los mayores. Les dijimos que es un delito y lo entendieron, pero no lo tenían naturalizado así”.