Europa ofrece dinero a Africa para que frene la emigración
A falta de una estrategia completa y a largo plazo para la gestión de los flujos migratorios, Europa se centra en el día a día y en dar dinero a cambio de menos inmigrantes y refugiados. La cumbre euro-africana celebrada en Malta con la participación de más de 60 delegaciones acordó que Europa creará un fondo de 1.800 millones de euros para proyectos de desarrollo en más de 35 países africanos. Ese fondo podría doblarse con aportaciones nacionales europeas.
Ese dinero –y la promesa de doblar el número de visas que se conceden a colectivos como estudiantes, investigadores y empre--
sarios– es la apuesta europea para que los países africanos cierren sus fronteras a la salida de migrantes y refugiados y acepten de vuelta a los que Europa expulse.
Oficialmente hay un plan de acción común, pero en la práctica no hay más medidas. El dinero irá a “luchar contra las causas profundas de las migraciones”. Una gota de agua en un océano de pobreza, guerras, represión e inestabilidad política: 17 páginas de un “plan de acción” común sin apenas medidas reales.
De la cumbre también sale el compromiso de reforzar las deportaciones de migrantes de forma voluntaria. El presidente del Consejo Europeo Donald Tusk dijo que aunque hay que reforzar las salidas voluntarias, “cuando no es posible, las deportaciones forzadas son un prerrequisito para una política migratoria eficaz”.
La cumbre se empezó a preparar en mayo pasado, antes de que se dispararan las llegadas de refugiados a Europa a través de Turquía y cuando el foco estaba puesto en las llegadas a Italia. Por eso la gran apuesta europea está ahora orientada a convencer a Turquía para que bloquee la ruta de los refugiados.
La prioridad es Turquía por encima de Africa, porque, según Frontex –la agencia europea de gestión de fronteras–, del más de un millón de refugiados y migrantes llegados en lo que va de año a Europa apenas 140.000 lo han hecho desde el norte de Africa hacia Italia.
Europa ofrece al gobierno turco 3.000 millones de euros, acelerar el proceso para eliminar la exigencia de visa a los ciudadanos turcos y avanzar en las negociaciones para la adhesión de Turquía a la UE. Pero tres semanas después de la visita de Angela Merkel a Estambul con la lista de promesas, siguen llegando casi 10.000 personas cada día a las islas griegas desde las costas turcas.
Pero los dirigentes africanos ven discriminación. El senegalés Macky Sall dijo, según un cable de la agencia AFP, que “no se puede insistir en que readmitamos a los africanos mientras se habla de acoger a los sirios y otros. Es un tratamiento diferenciado que condenamos porque es discriminatorio”.
El costamarfileño Alassane Ouattara recordó que su país tiene un 25% de población extranjera, muy por encima de cualquier país europeo.