Diferencias políticas dilataron la renovación
La falta de acuerdo entre el distrito y el Gobierno provincial demoraron la concreción del proyecto que piden los vecinos.
El puerto de San Isidro existía como un canal ya en 1913; en 1922 el Ministerio de Obras Públicas comenzó con el dragado y el relleno de sus costas. Y en 1928 se construyeron el balneario y el espigón. Diez años antes, en la Ciudad, comenzaba la obra de Costanera Sur, también con un espigón y un balneario que se transformaron en un ícono de los porteños y del modo en que disfrutaban del aire libre: de cara al Río de la Plata. Muchos años después, a partir de los 70, y cuando el intendente de facto Osvaldo Cacciatore hizo rellenar la
zona con escombros de viviendas expropiadas, el balneario desapareció. Volviendo a San Isidro: en 1992 el Gobierno nacional entregó a la provincia 14 puertos bonaerenses, entre ellos éste. Seis años antes ya había dejado de operar la última arenera que trabajó en la zona y desde ese momento las tolvas que funcionan en los dos edificios que más se destacan en la zona, están abandonadas; una se usa como vivienda y otra, como la cabecera de las líneas 333 y 168.
Según explican desde el municipio, “la diferencia que demoró los acuerdos radicaba en el destino proyectado para el sector. La Provincia quería edificios y muchas actividades comerciales; y nosotros entendemos que deben ser proyectos de bajo impacto, con un entorno natural, emprendimientos culturales y gastronómicos de libre acceso”.
En 2013 se firmó un acuerdo que el Concejo Deliberante de San Isidro aprobó ese mismo año para avanzar con el proyecto, pero en Provincia se ratificó recién en mayo de 2015. “Fuimos notificados hace 45 días y ya estamos trabajando”, aseguraron.