Un identikit, las huellas y las cámaras, en busca del violador
La confección de un identikit, el el rastreo de cámaras de seguridad y la posibilidad de levantar alguna huella dactilar son las principales puntas sobre las que trabajaban ayer los investigadores de la violación que sufrió en el barrio porteño de Caballito una joven que regresaba de trabajar.
El miércoles a la madrugada, la víctima fue sorprendida por su atacante y llevada amenazada hasta la puerta de un garaje que estaba cerrado. Allí, el hombre la violó, pero antes la maniató con una cinta de embalar en la que la Policía tiene la esperanzas de encontrar sus huellas.
Además, si bien la cuadra donde se cometió el ataque no cuenta con cámaras de seguridad, los investigadores buscaban alguna en el trayecto que, según la víctima, realizó desde que bajó de un colectivo hasta el lugar donde finalmente se concretó el abuso.
Para completar el panorama, agentes de la Policía Federal trabajaban sobre el identikit que confeccionó la joven de 18 años en su denuncia en la comisaría 12° y con la búsqueda de algún testigo que pudiera haber observado algo sospechoso o el merodeo del abusador antes de capturar a su víctima.
El ataque ocurrió en la madrugada del miércoles cuando la chica regresaba de trabajar como empleada de un local de comidas rápidas ubicado en la zona norte y se dirigía hacia su casa. Fuentes policiales informaron que la joven bajó del colectivo en la esquina de avenida Rivadavia y Víctor Martínez y caminó una cuadra hasta el cruce con Emilio Mitre, donde fue sorprendida por un hombre armado que la amenazó y le robó sus pertenencias.