El diluvio postergó el clásico para hoy
Se suspendió por el gran temporal que hubo en Buenos Aires: llovieron 60 milímetros en dos horas. Dunga quería jugarlo hoy al mediodía. Va a las 21.
Poco antes del partido el Monumental era una laguna. Y los dirigentes acordaron jugarlo a las 21. Ayer, Ecuador le ganó a Uruguay 2-1, Bolivia venció 4-2 a Venezuela y Chile empató 1-1 con Colombia.
Agua. Primero en gotitas finitas, que caían con velocidad desde el cielo negro y pinchaban como mosquitos en la piel. Enseguida, más agua. Pero en gotas gordas, de esas que advierten que la tormenta que estaba empezando a caer sobre Buenos Aires no sería cualquier tormenta. Tan sólo unos minutos después, mucha más agua. Dema- siada. A baldazos. Y viento. Eran pasadas las 18 y así siguió durante dos horas sin parar. En ese lapso cayeron unos 60 milímetros, según le informaron a Clarín desde la Dirección de Emergencia de la Ciudad. La tormenta perfecta dejó al Monumental sumergido y a las 20.20 (40 minutos antes del horario pactado para el inicio del clásico Argentina-Brasil) se determinó suspenderlo y postergarlo para esta noche a las 21.
No había manera de jugarlo. El campo de juego del estadio de River se convirtió -en el peor momento del temporal- en una verdadera pileta. El árbitro paraguayo Antonio Arias lo comprobó en su recorrida de rigor. El agua hasta invadió el anillo interno del Monumental, el pasillo que rodea toda la cancha y por el cual circulan los planteles para ingresar a los vestuarios. El Arroyo Vega, que se extiende por debajo de las calles de los barrios de Núñez y de Belgrano, creció su caudal en 30 mil metros cúbicos por segundo y desbordó la zona baja de la desembocadura que atraviesa la zona de River. Avenidas anegadas, coches atrapados. Todo fue caos.
Los planteles de Argentina y de Brasil habían llegado al estadio sin problemas a pesar del tránsito imposible. Sin embargo, en el camino ya manejaban la posibilidad de suspensión. Desde las dos delegaciones estuvieron de acuerdo
en jugarlo hoy. Dunga y los suyos, en un primer momento, consultaron por la chance de disputarlo en
horas del mediodía ya que tenían el vuelo chárter de regreso programado para las 16. Sin embargo, tras una reunión entre las dirigencias de las dos asociaciones se decidió mantener el mismo horario.
“Se aplicó el sentido común. Así no se podía jugar y nos pusimos de acuerdo enseguida. El horario de las 21 se respetó para que la gente que había comprado sus entradas pueda concurrir sin inconvenientes”, explicó Juan Carlos Crespi, secretario de Selecciones Nacionales. Los tickets para el clásico se vendieron en su totalidad, con una recaudación superior a los 25
millones de pesos. Los que sacaron las plateas más caras pagaron hasta 1.800 pesos. Por eso, se descartó jugarlo en horario laboral. Al momento de la suspensión, había unos mil hinchas en las tribunas que soportaron el agua hasta que se confirmó la suspensión.
El protocolo FIFA dice que en estos casos hay que esperar dos horas para dar por suspendido un encuentro. Desde la Conmebol, a través del veedor Alvaro Silva, pidieron permiso al máximo ente del fútbol mundial para no aguardar en vano hasta las 23, puesto que el pronóstico anunciaba lluvias para toda la noche de ayer y la madrugada de hoy. Si el clima se apiada, esta noche, entonces, habrá clásico sudamericano.