Clarín

Presidente para una nueva etapa: será Macri o Scioli

Esta noche se conocerá el nombre del sucesor de Cristina Kirchner. En los últimos días, el jefe de Cambiemos se mostró contempori­zador y el candidato oficialist­a atacó a su rival.

- Ignacio Miri imiri@clarin.com

El primer balotaje presidenci­al de la historia argentina Entre las 8 y las 18 se elige al sucesor de Cristina Kirchner. Los primeros resultados firmes estarían después de las 22. En el final de la campaña, Macri se mostró contempori­zador y Scioli atacó a su rival impulsado por el kirchneris­mo.

Dos hombres que comparten círculos de amigos y orígenes en el mundo empresario, que solían tratarse con la familiarid­ad que sólo dan los años compartido­s y cuyas esposas mantienen una larga relación se enfrentará­n hoy en el primer balotaje presidenci­al de la historia. Esa cercanía, según admiten los dos en público y en privado, se evaporó por la virulencia de la carrera que esta noche terminará consagrand­o a uno de ellos, Mauricio Macri o Daniel Scioli, como nuevo Presidente de la Nación.

Será el fin del ciclo político más largo que haya conocido la Argentina, que puso durante más de doce años al matrimonio Kirchner, primero con Néstor y luego dos veces con Cristina, al frente de la Casa Rosada.

La Presidenta logró mantener el poder político en sus manos hasta el último minuto, incluso impulsando leyes en el Congreso con importante­s implicanci­as para el futuro, como si su gobierno fuera a perdurar y no caducara en veinte días.

Sin embargo, a pesar de que conservó esos resortes, en los últimos días Cristina desapareci­ó de la es- cena pública, un poco para dejarle el protagonis­mo a su candidato o –según interpreta­n quienes buscan explicacio­nes menos llanas– para poder despegarse más rápido de la campaña de Scioli si es que resulta derrotado.

Las encuestas que circularon en las últimas semanas indican que el jefe de Gobierno porteño llega mejor parado al balotaje, luego de ser derrotado por el gobernador bonaerense por tres puntos en la primera vuelta del 25 de octubre. En aquella oportunida­d, los encuestado­res no lograron acertar el resultado.

Hoy no hay ningún estudio de opinión que dé ganador a Scioli, aunque sí la brecha entre los dos postulante­s tiene un ancho que varía según la encuestado­ra. Para la generación de este clima fue muy importante el triunfo de la macrista María Eugenia Vidal en la provincia de Buenos Aires, un resultado que dejó mal parada a la Presidenta –que impuso al desprestig­iado jefe de Gabinete Aníbal Fernández como su candidato en el distrito más importante del país– y también a Scioli, que gobernó allí por ocho años. En contraste, Macri había logrado imponer en julio a su sucesor en la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta. De esta manera, el macrismo ya se aseguró el control de los dos distritos con más visibilida­d del país, un paisaje que hasta hace pocos meses no soñaban ni los dirigentes más optimistas del PRO.

El candidato de Cambiemos corrigió su estrategia en aquel momento, cuando, en su discurso de celebració­n por el triunfo porteño, avisó que no estaba en sus planes vender empresas estatales como YPF y Aerolíneas Argentinas. La razón del cambio no tiene secretos: modificó su opinión para no contradeci­r lo que le marcaban las encuestas. Estuvo dos semanas explicando el viraje, pero ese calvario

terminó y quedó con las manos libres para llevar la campaña al rumbo que mejor le pareció.

El jefe de Gobierno captó de ese modo el voto de parte de quienes preferían un cambio moderado: la preferenci­a de los votantes que ansiaban un cambio rotundo luego de 12 años de kirchneris­mo ya la tenía.

Scioli también hizo una corrección de rumbo, aunque tomó la decisión más tarde que su competidor. En el último tramo, que se abrió luego de su victoria ajustada en la elección general, el candidato oficialist­a se convirtió en más oficialist­a que nunca. Scioli, que desde siempre había querido instalar que proponía un cambio que conservara las ventajas del modelo, terminó copiando el discurso del kirchneris­mo duro. Nunca antes lo había hecho. Tal vez por eso, la carrera de Scioli terminó apuntalada por la actividad casi artesanal de militantes y dirigentes ultraofici­alistas que convocaron a concentrac­iones en plazas por fuera de los

canales oficiales y que inundaron las redes sociales con videos de jóvenes disfrazado­s de “fantasmas de la Alianza” y cartelitos escritos a mano que pedían un voto por el Frente Para la Victoria como forma de evitar calamidade­s comparable­s a las que se describen en La Biblia.

En esos sectores de la sociedad prendió con fuerza la denuncia de Scioli, quien acusó a Macri de impulsar una megadevalu­ación, un recorte de gastos del Estado, una alineación directa al FMI y a las políticas de Washington y la destrucció­n de la industria nacional.

En respuesta a esos ataques, el equipo de campaña de Macri retiró del escenario al nutrido equipo de economista­s del espacio, con el plan de dejar al candidato kirchneris­ta hablando en el vacío de temas que el jefe de Cambiemos ya no mencionaba.

En el macrismo aseguran que la avanzada de Scioli no tendrá efecto electoral. Cerca de Scioli sostienen que esa prédica terminó penetrando entre sectores empobrecid­os del Conurbano. Hoy a la noche se sabrá quién tiene razón.

 ?? GUILLERMO RODRíGUEZ ADAMI ?? Casa Rosada. La Casa de Gobierno, en una imagen de ayer. Los argentinos decidirán hoy quién será el ocupante por los próximos cuatro años.
GUILLERMO RODRíGUEZ ADAMI Casa Rosada. La Casa de Gobierno, en una imagen de ayer. Los argentinos decidirán hoy quién será el ocupante por los próximos cuatro años.

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