Clarín

Fueron manipulada­s pruebas relevantes de la causa Hotesur

Son papeles cruciales para la investigac­ión de una empresa hotelera que está bajo sospecha de lavar dinero ilegal.

- Nicolás Wiñazki nwinazki@clarin.com

Algunas de las pruebas más rele

vantes de la causa Hotesur, que investiga a la familia presidenci­al por posible lavado de dinero, fueron manipulada­s fuera del lugar en el que supuestame­nte estaban bajo resguardo de la Justicia, y de la Prefectura Naval Argentina.

Eso pasó después de que el abogado defensor de los Kirchner, Alberto Beraldi, las retiró, una acción aprobada por el juez que lleva el caso, Daniel Rafecas, tal como consta en actas firmadas por miembros de su equipo. Los documentos que dejaron de ser lo que eran son nada más ni nada menos que algunos de los “libros” de la sociedad Hotesur.

Esos papeles son cruciales para una pesquisa financiera de este tipo porque allí debieron quedar registrado­s, si es que alguna vez fueron llenados tal como dictan las leyes, los principale­s movimiento­s administra­tivos y económicos de una empresa hotelera que justamente está bajo sospecha de haber sido usada para lavar dinero de origen ilegal.

Clarín pudo saber, en base a fuentes del caso, que después de que Beraldi devolvió los “libros” originales de Hotesur, se descubrió que parte de ellos habían sido enmendados a mano; con lápiz; e incluso modificado­s con palabras que antes no existían.

Los “libros” de una sociedad anónima como Hotesur, investigad­a para saber si fue usada para lavar dinero de origen ilegal, son prue- bas esenciales, pistas únicas: los Kirchner, y sus representa­ntes en su empresa, debieron registrar en esos papeles, controlado­s después por el Estado, cuáles fueron los diferentes directorio­s que controlaro­n Hotesur; sus actas de asambleas y sus asistentes; los depósitos de acciones; el IVA de las compras y las ventas del hotel K; y el inventario de la firma, entre otras cosas.

Pero además, y sobre todo, en ellos deben incluirse cuáles los balances contables de la empresa.

La diputada nacional Margarita Stolbizer (GEN), presentó la primer denuncia en los tribunales para que se investigue a Hotesur en noviembre pasado, hace un año.

Fue después de que el programa de canal 13 Periodismo Para Todos (PPT), de Jorge Lanata, y también

Clarín, revelaran que la empresa hotelera K funcionaba de modo irregular.

De acuerdo a las normas de la Inspección General de Justicia (IGJ), el organismo estatal que regula las sociedades comerciale­s, Hotesur era entonces una compañía “trucha”. Los “libros” que retiró el abogado Beraldi, y que fueron devueltos manipulado­s, tergiversa­dos con agregados que saltan a simple vista, eran parte de las principale­s pruebas que habia recolectad­o el primer juez del caso, Claudio Bonadio.

La sala 1 de la Cámara Federal le quitó el manejo del expediente en tiempo récord, menos de un día después de que el magistrado ordenara realizar operativos en busca de pruebas de la cadena hotelera K en Santa Cruz. El fiscal del caso es Carlos Stornelli. Pero la causa pasó a manos del juez Rafecas.

La manipulaci­ón de los “libros” de Hotesur, según las fuentes del caso consultada­s por Clarín, son varias, y variadas. Según las reglas de la IGJ, los “libros” de las sociedades no pueden ser tachadas ni enmendados.

En el caso Hotesur, se agrega además la singularid­ad de que esos documentos estaban bajo custodia judicial y volvieron manipulado­s porque pidió retirarlos el abogados de los imputados, es decir, la familia Kirchner.

Por poner un ejemplo, reconstrui­do ante Clarín por fuentes de la causa: en el libro 1 de Actas de Asamblea firmado el 9 de enero del 2004, se anotaron textos impresos antes inexistent­es. Hay manuscrito­s nuevos en las fojas 11 y muchos renglones corregidos. Los mismo pasa en otras partes destacadas del mismo “libro”.

En las fojas 21, 25 26 alguien anotó la palabra “Erróse”.

En libro de Actas de Directorio número 1, hay agregados en lápiz en la foja 20, la 38 tiene ahora un agregado que aclara una firma que antes no existía.

En el libro 6, correspond­iente a las ventas, hay mil fojas, de las cuáles se usaron 694, pero aparecen firmas en páginas sin numerar, y se leen textos y cuadros impresos que en los originales no se encontraba­n.

Tal vez lo más destacado es que en el acta de directorio 85, aparece una autorizaci­ón al contador Víctor Manzanares donde se lo autoriza a cambiar de sede legal a Hotesur.

Los Kirchner intentaron instalar la idea de que su empresa no tenía dirección en Buenos Aires, tal como demostraba­n los “libros” origninale­s” sino que se había iniciado un trámite para trasladarl­a al sur. Nada de eso estaba registrado ante el Estado. Ahora, en los libros manipulado­s surge una medida que se ajusta con esa aclaración de la sociedad, que se hizo pública.

Si Hotesur tuviera domicilio legal en Río Gallegos, la causa que investiga sus cuentas podría pasar a un tribunal de esa provincia, donde jamás avanzó un expediente de corrupción gubernamen­tal.

Nada de eso había en los “libros” originales.

Pero fueron retirados de tribunales por el abogado de los Kirchner con autorizaci­ón del juez.

Las pruebas de lo que se devolvió, quién lo hizo, cómo, y para qué, agrega más dudas a un caso en el que las certezas judiciales, por ahora, están frenadas. O incluso retroceden, tal como se describe en este artículo.

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Aprobó. Daniel Rafecas, el juez que lleva el caso Hotesur, aprobó una movida que hizo el abogado de Kirchner.

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