El consumo no reaccionó a los fuertes estímulos oficiales
En esta última parte del año electoral, el Gobierno siguió ejecutando la estrategia de intentar revertir la pérdida de poder adquisitivo observada por distintos sectores en 2014. Sin embargo, el consumo privado no logró reaccionar ante esos estímulos, según consigna un trabajo de la consultora Economía & Regiones.
El incentivo al consumo se buscó generando aumentos de poder adquisitivo de los salarios, jubilaciones, salario mínimo y planes sociales; tanto en términos de dólares como en relación a los precios internos. “Para alcanzar este propósito, el Gobierno intenta anclar el dólar y mantener la relativa paz cambiaria. A la vez, se siguen utilizando los precios cuidados, los subsidios económicos y la ley de Abastecimiento para reprimir la inflación de algunos bienes y servicios básicos. En paralelo, el Gobierno mantiene las políticas monetarias y fiscales expansivas de incentivo a la demanda, incluso a costa de incrementar los pasivos del sector público y abandonar la retórica del desendeudamiento”, señaló el trabajo.
En este marco y según el relevamiento de INDEC, la mayoría de los ingresos aumentan en dólares: jubilaciones (+21.5% a/a), salario mínimo (+18.7% a/a), salario del sector público (+18.5% a/a), salario de la industria (+17.4% a/a), salario “en negro” (+18% a/a), asignación universal por hijo (AUH) (+15.8% a/a) y el salario promedio registrado (+14.4 a/a), “Algo similar ocu- rre en la medición de los ingresos contra el avance de los precios domésticos. Si bien la recomposición del salario real es menor en este caso, el ingreso de los trabajadores, jubilados y perceptores de planes sociales le gana a la inflación. Sin embargo, esta recuperación del salario-ingreso no se traduce en una mejora completa y contundente del consumo privado. Por el contrario, gran parte de la recuperación del ingreso se vuelca a activos dolarizados como el dólar ahorro, al dólar informal o bonos en dólares”.
“En otros términos, sigue el informe de la consultora, el público percibe la inestabilidad macroeconómica y actúa en función de sus expectativas; lo que termina por abortar la causalidad entre el ingreso y el consumo.
Así, los diferentes indicadores muestran un comportamiento heterogéneo con variables que se recuperan, otras que están estancadas y otras que exhiben un panorama negativo.