Lectores

por Osvaldo Pepe

Venimos a los tumbos desde hace décadas, pasando recurrentemente de una crisis a otra porque no nos hemos propuesto reconciliarnos después de que algunos gobiernos lograron dividirnos como recalcitrantes enemigos, cuando deberíamos estar todos hermanados en la misma Patria con que hemos sido bendecidos. Tampoco supimos consensuar políticas de Estado, por haber priorizado siempre ventajas partidarias y personales sobre el interés nacional.

Este 2015 pasará a la historia de la Argentina y las elecciones de hoy serán la oportunidad para dejar atrás lamentables desencuentros y una decadencia vergonzante. El futuro de nuestro maravilloso país dependerá, inexorablemente, de lo que los políticos y los votantes hagamos frente a las urnas. Ha llegado el momento de conciliar y consensuar. Conciliarnos todos, civilizadamente, aunque pensemos distinto, consensuando políticas alineadas en el bien común.

El tiempo apremia y no debemos demorarnos más en procurar juntos las mejores soluciones para superar el pasado que nos agobia. Asumamos que los culpables hemos sido todos, por acción u omisión, y que es tan culpable quien gobernó como quien votó. Sin más dilaciones aboquémonos ya mismo a resolver, mancomunadamente, los graves problemas de fondo que no admiten más parches, sino soluciones integrales.

Démosle prioridad a la seguridad, a la educación, a la salud, a la Justicia y sigamos después con muchos otros temas impor- tantes que tampoco admiten más postergaciones. Asumamos solidariamente esta realidad mirando para adelante, unidos y con mucha fe, y no más para atrás como lo venimos haciendo, porque nos desolaremos por todo lo que hemos derrochado.

Basta de componendas y de engaños. Que la verdad siempre prevalezca. No vivamos más sumidos en antinomias. Terminemos con los antagonismos y las discriminaciones. Decidámonos, de una buena vez y para siempre, a convivir en paz y en armonía por un futuro mejor para nosotros y nuestros descendientes.

Propiciemos el retorno de las inversiones, las de afuera y también las de adentro. Apoyemos a los políticos dignos y honestos, que en la gestión sean capaces de encauzar al país hacia el futuro promisorio que todos anhelamos y nos merecemos. Integrémonos fraternalmente para hacer una sola Patria que nos cobije a todos, sin distinciones sociales ni económicas.

Impongámonos recíprocamente la obligación de ser responsables y, con consenso democrático, forjemos la ansiada Argentina republicana y federal. Integrada, sin confrontaciones y sin marginados, donde todos tengan los mismos derechos. Sepamos elegirlos. No perdamos esta oportunidad de hacerlo, considerando que podría ser la última.

Argentina, “¡Levántate y anda!” Con palabras de Jesucristo, y con fe en Él, te lo pide un octogenario que, solamente en su niñez, conoció tu esplendor.