La conexión argentina con el grupo yihadista
Un santiagueño, de 25 años, es acusado en España de haber sido entrenado para combatir con el ISIS.
La inteligencia británica reporta que entre los combatientes extranjeros que forman parte de los diferentes bandos en la guerra civil siria, entre ellos el ISIS, hay 23 argentinos fallecidos. No se especifica si todos eran milicianos o para qué bando estaban luchando. Está más claro que un argentino estaba conectado en España con una red que reclutaba combatientes para el ISIS. Y una fuente diplomática latinoamericana de Naciones Unidas confirmó a Clarín que en una reunión sobre cuestiones humanitarias realizada hace unos meses en el terreno, en Siria, apareció un representante del grupo yihadista que en su inglés tenía “un fuerte acento hispano”. Cuando le preguntaron, informalmente, de dónde era, respondió con amplia sonrisa “argentino, de Buenos Aires”. El ex embajador en Siria, Roberto Ahuad, va más allá. Asegura que “ISIS ya está en Argentina, algún cuadro o célula inactiva está instalado”.
La ola migratoria de principios del siglo pasado trajo a la Argentina una enorme cantidad de lo que entonces eran calificados como “siriolibaneses”. Se afincaron, en particular, en las provincias del norte argentino. Muchos de sus hijos y nietos, luego, regresaron a la tierra de sus ancestros. Un ejemplo claro de este intercambio migratorio es el mate. En Siria se consume, en algunos pueblos del interior, casi como en Argentina. Es el país que recibe el 70% de la yerba mate que exportamos. Esto podría indicar que los 23 argentinos fallecidos en la guerra civil, incluidos en la lista de milicianos extranjeros por el centro de estudios IHS Jane’s del ministerio de Defensa británico, bien podrían ser expatriados de doble nacionalidad atrapados en la barbarie de los últimos cuatro años. En Buenos Aires no hay registro de esto, aunque una fuente de seguridad dice que “es probable que algunas de estas personas con pasaporte argentino hayan estado involucradas en un principio con el grupo Al Nusra (extremistas islámicos) que después se pasaron a las filas del ISIS, como lo hicieron tantos otros. Creemos que hay y hubo personas en esta condición. Pero no tenemos referencia de que alguno haya regresado a la Argentina”.
César Rodríguez, el argentino acusado de pertenecer a la célula de reclutadores españoles de Al Andalus, está en libertad en Madrid a la espera del inicio del juicio, probablemente a principios de diciembre. Fue detenido junto a Lahcen Ikassrien, un marroquí que había estado preso en Guantánamo, y otras siete personas. Según investigaciones de la prensa española, Rodríguez, nacido en Santiago del Estero en 1989, se había convertido al islamismo y era parte de esta or- ganización islamista que reclutaba combatientes yihadistas. La policía española asegura que en documentos de la organización figuraba bajo el rótulo de “Reclutados, adoctrinados y preparados para combatir en las filas del Isil (ISIS)”, junto a otras cuatro personas. La red había enviado ya a nueve yihadistas a Siria. En una entrevista que concedió al sitio “Explícito” de la ciudad de Mendoza, Rodríguez se mostró como un islamista de línea dura que, por ejemplo, cree que el ataque a la redacción de la revista parisina Charlie Hebdo “lleva la firma de la estrella de seis puntas (israelí) y no la del Islam” y que “hay cosas que también se inventan”. Sólo acepta ser amigo de uno de los implicados, Mohamed Bouyajlef, y que viajó varias veces a Marruecos sólo porque la familia de su esposa es de allí y no para recibir instrucciones del jefe de la célula, Omar el Harchi, como afirma la policía.
Pesan sobre Rodríguez, si es encontrado culpable, entre seis y doce años de cárcel por “asociación ilícita”.