Una historia
Con sus 22 años, Tomás ya acredita experiencia de economista en su Santa Fe natal y en Florianópolis, Brasil, ahora. Nacido en Rafaela, estudió en la UCES y luego Administración Económica en la brasileña Universidade Decisão. “Lo mío es económico, la razón de mi cambio es pura y únicamente económica”, dice sobre su mudanza. “Al gobierno que se despide no le gusta ‘falar’ portugués. Argentina administró con el Gobierno que ya se va sus problemas económicos con elevados controles e intervenciones, en una economía cada vez más cerrada, generando conf lictos con Brasil, su principal socio estratégico. Acá encontré opciones de empleo, además de turísticas. Y los pocos subsidios de planes sociales del gobierno, son abandonados por una población que mejoró su condición económica. Ahora, las clases sociales emergentes llenan aeropuertos, shoppings y hasta universidades”, dice. Y abunda en su mirada crítica: “La mayoría entendió que la cultura del crecimiento debe basarse en el estudio y el trabajo. Más allá de inversiones todavía bajas en educación, crece la matrícula en universidades privadas y públicas. Impensado 10 años atrás. Oía críticas a los planes de desarrollo social argentinos, mientras el gobierno se enorgullece de aumentar la cobertura a más beneficiarios. Estos planes son eficientes cuando menos personas los necesitan, y quienes reciben la ayuda logran mejorar su condición económica y social y no dependen más del Estado para subsistir. Desde acá, se ve que la gente sufre una alta inf lación y el dinero con el que podría estudiar apenas alcanza para comer”, termina, concluyente y convencido.