Clarín

La ruta del dinero K quedó reflejada en los papeles panameños

Los mails que cruzaron los jefes de Mossack Fonseca revelan el rol de un financista argentino prófugo y varias peleas.

- Daniel Santoro dsantoro@clarin.com

Documentos internos de Mossack Fonseca (MF) publicados ayer revelan una dura y sorda pelea entre el estudio panameño y sus clientes para tapar las conexiones con la ruta del dinero K y un intercambi­o de recriminac­iones por la responsabi­lidad por el escándalo. En los mails que intercambi­aron los jefes de ese estudio panameño se documentar­on desde reclamos de plata para decidir quién pagaba los platos rotos hasta fastidio de los empleados panameños que actuán como testaferro­s de los verdaderos dueños de la plata negra por la aparición de sus nombres en los diarios.

Pero lo más importante es que confirman el rol clave del financista ítalo-argentino Marcelo Ramos, el director de la suiza Helvetic Services Group, la compradora de La Rosadita y quien tiene un pedido de captura nacional e internacio­nal desde el viernes dictado por el juez federal Sebastián Casanello. Además, Ramos es el dueño del 33% de las acciones de Helvetic pero no se sabe quién es el propietari­o del resto.

Dice uno de los mails a los que accedió ayer Clarín: “Adjunto encontrará­n el mensaje del 13 de septiembre y el mensaje de donde se reciben los documentos firmados por Marcelo Ramos a nombre de Helvetic Services Group”. Ramos pedía hacer figurar una “asamblea de accionista­s” de otra offshore en Panamá y daba como domicilio de Helvetic, Vía Cantonale 6, Lugano, Suiza.

Ramos es un personaje importante en la ruta del dinero K. Sabe quién le compró, mediante presiones, La Rosadita a Federico Elaskar. También cómo se repatriaro­n 33 millones de dólares desde Suiza a fines del 2012 y principios del 2013 cuando la SIDE kirchneris­ta había detectado que Elaksar había tomado contacto con el equipo Periodismo Para Todos de Jorge Lanata para denunciar las maniobras, entre otras operacione­s. Es conocido de Daniel Pérez Gadín y Jorge Chueco.

La pelea se disparó a partir de notas de Clarín de mediados del 2013 que revelaron el rol de MF y de la offshore Aldyne de Sheychelle­s, que luego replicaron otros diarios. Además, de la visita Jürgen Mossack a este diario, en el estudio se puso en marcha un mecanismo de emergencia para tratar de evitar que se conozcan los dueños de Aldyne y otros firmas vinculadas a las operacione­s de lavado de dinero que se le imputan a Lázaro Báez. Para evitar el control de la justicia de EE.UU., Aldyne fue constituid­a en ese paraíso fiscal del Océano Indico. Aldyne, es como un “la máquina de un tren donde se suben y bajan inversores que quieren evadir impuestos”, graficó una fuente.

En ese debate interno de MF, se decidió contactar “a todos los clientes que tuvieran a Aldyne en alguna estructura y se les sugeriría cambiarla, a razón de que un cliente de un cliente nuestro la mal utilizó”. Esta empresa de Sheychelle­s, islas en que la entonces presidenta Cristina Kirchner hizo una escala técnica en el 2013 a su regreso de una gira por Emiratos Arabes Unidos y Vietnam, era la “administra­dora” de otras 148 creadas en Las Vegas, EE.UU., muchas de ellas a pedido del estudio uruguayo del presidente de Peñarol, Pedro Damiani.

Se quejan por la “falta de cooperació­n y transparen­cia” de unos clientes y se afirma que Aldyne se usó para “el desvío de divisas”. En los mails, se asegura que a fines del 2013 aún quedaban activas “31 empresas LLC”. Recuerdan que un empleado de MF llamado Ramsés “le vendió Aldyne” a Damiani y luego quieren pasarle los costos del cambio de la administra­dora al uruguayo. Eran unos U$S 4 mil por offshore.

A medida que la investigac­ión de la ruta del dinero K avanzaba en la Argentina, los jefes de MF empiezan desesperar­se y tomar más medidas de seguridad y recomienda­n no mandar cartas, ni mails a los clientes que usaron Aldyne sino solo llamarlos por teléfono. Sucedía que llamaban otros clientes -ajenos al caso Báez- que se quejaban porque sus offshore asociadas a Aldyne ya estaban en las listas negras de los bancos y les cerraban las cuentas bancarias.

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