* Lo secuestraron, le quitó el arma al captor y lo balearon
La víctima fue un estudiante de 21 años. Lo sorprendieron en Núñez, junto a su novia. Se los llevaron cautivos y la banda pidió un millonario rescate. En Vicente López lograron escapar.
Todo pudo haber terminado en una tragedia. Una pareja de jóvenes fue secuestrada el domingo en el barrio de Núñez, cuando estaba llegando a la casa de uno de ellos. Los captores comenzaron a negociar con los familiares de ambas víctimas, exigiendo el pago de una millonada como rescate para liberarlos. Fueron varias horas de incertidumbre, hasta que se enteraron que los chicos habían sido internados en un hospital. El joven le había arrebatado el arma a uno de los secuestradores por miedo a que los mataran. Y mientras él y su novia corrían desesperados, los balearon. El chico está fuera de peligro, pero recibió disparos en un hombro y una mano.
El episodio comenzó la noche del domingo, alrededor de las nueve. Martín y Constanza –ambos de 21 años, estudiantes universitarios– estaban llegando en auto a la vivienda de la chica, un chalé ubicado sobre la calle Juana Azurduy al 3000.
Allí, una banda de al menos cinco secuestradores se les cruzaron en el camino, los encañonaron y los obligaron a meterse en uno de los coches. El Volkswagen Fox de Martín aparecería abandonado poco más tarde en la zona de Saavedra.
“Luego de dejar ese coche, los secuestradores y las víctimas se movieron todas en un solo vehículo, lo suficientemente grande como para siete personas”, le contó a Clarín una fuente de la investigación. Así comenzaba una odisea que duraría varias horas.
Los captores empezaron a llamar a los familiares de ambas víctimas para negociar un rescate. Mientras tanto, se radicaba la denuncia a la comisaría 35° de la Federal, desde donde dieron intervención a la División Operativa Central de la PFA (especializada en secuestros) y al fiscal federal Franco Picardi.
Los secuestradores reclamaban medio millón de pesos a cada una de las familias, que negociarían en conjunto y por mucho menos dinero. “El padre de la chica terminó arreglando por 10 mil dólares y el del chico, por 7 mil dólares y 70 mil pesos. Eran lo que tenían disponible. Las dos familias se terminaron juntando en una de las casas y le dieron todo al padre de Constanza, para que fuera a realizar el pago”, agregaron los voceros.
El papá de la joven se había puesto de acuerdo con la banda para llevar el dinero a la zona de José C. Paz, a la esquina de avenida Croacia y Potosí. Pero algo pasó en el recorrido que a los secuestradores los puso nerviosos. Entonces decidieron desaparecer del lugar sin cobrar el dinero y sin liberar a los estudiantes.
Las primeras novedades sobre los chicos llegarían recién casi dos horas más tarde. En medio de la angustia de ambas familias, que no recibieron ninguna llamada más de parte de los captores, la chica reapareció por teléfono. Ella y su novio estaban internados en el hospital de Vicente López.
¿Qué fue lo que pasó en el medio? La banda había regresado con ambas víctimas y a la altura de la localidad de Villa Martelli, en Agustín Alvarez y Franklin, decidieron bajarlas del coche y dejarlas ir.
Sin embargo, Martín, que había escuchado infinitas veces cómo iban a matarlos si algo salía mal, se asustó y reaccionó.
El joven forcejeó, le arrebató el arma a uno de los secuestradores y junto a Constanza empezaron a correr. Los captores no le perdonaron la corajeada y le dispararon con una escopeta.
Ayer Martín estaba fuera de peligro, pero herido de dos tiros. También tenía golpes en la cabeza y en el rostro. Ella tenía algunos hematomas en la espalda.
“Los chicos corrieron, como escapándose, y uno de los captores se bajó del auto y comenzó a dispararles. Ya habían decidido liberarlos. Pero el chico se asustó, había escuchado varias veces que iban a matarlos. Pareciera que les tiraron a matar, por suerte tuvieron mala puntería”, contó una fuente del caso.
Uno de los detalles que les llamó la atención a los investigadores fue el lugar elegido por los captores para realizar el pago.