Fútbol en deuda
“Algunos salieron a hacer changas” Víctor Brasca y Sergio Hipperdinger cuentan cómo es vivir sin cobrar. Quilmes debe cinco meses de sueldos y Estudiantes de San Luis, en algunos casos, hasta medio año.
La singular protesta en Córdoba y sus repercusiones trajeron algo de alivio para los jugadores de Estudiantes de San Luis. Ayer la dirigencia pagó el sueldo de febrero y prometió ir achicando la deuda que, en los casos más complicados, suma hasta seis meses.
Por eso el conflicto económico e institucional está lejos de solucionarse. “La realidad nuestra es muy difícil. A mí en lo particular se me hace cada día más complicado sostener esta situación”, confesó el entrenador Héctor Arzubialde en el programa Sportia ( TyC Sports).
La crisis que atraviesa el club puntano es de tal magnitud que, por ejemplo, para visitar el pasado fin de semana a Talleres se solicitó ayuda a los hinchas para conseguir agua mineral, bebidas energizantes y jugos para hidratar a los jugadores. También el club cordobés colaboró para conseguirles alojamiento a los visitantes. “Fue como un partido entre un
equipo profesional contra otro
casi amateur”, se quejó Valentín Brasca, el arquero y capitán de Estudiantes que comentó que los jugadores que pueden, recurren a sus ahorros mientras que otros se apoyan en la solidaridad de los familiares para sobrevivir. “Algunos chicos tuvieron que salir a hacer changas o trabajar con sus padres para mantenerse”, agregó en diálogo con Clarín en San Juan, donde el plantel llegó ayer a la tarde y esta noche enfrentará a Temperley por la Copa Argentina.“Es un partido que nos genera mucha ilusión porque tiene un premio económico importante”, resaltó Brasca quien, como referente del plantel, es el encargado de negociar con el presidente del club, Carlos Ahumada Kurtz, y con los representantes de Futbolistas Argentinos Agremiados.
“El gremio planteó dos soluciones pero ninguna convence. Por un lado nos dicen que intimemos al club para que nos pague en 48 horas y por el otro que esperemos el final del torneo para pedir la inhibición. Con una me quedo sin trabajo y le haría un daño al club; y con la otra tendría que seguir esperando mucho tiempa cobrar y no puedo hacerlo porque no llego al día a día”, explicó el jugador que llegó al club puntano hace cuatro años, para disputar el torneo Argentino C, y consiguió tres ascensos. “Fueron muchos momentos lindos que no se olvidan porque no nos pagan, pero hoy la realidad nos supera”, manifestó.
¿Qué motiva entonces al plantel de Estudiantes a seguir luchando? El capitán Brasca y el entrenador Arzubialde tienen una respuesta similar. “Mi trabajo lo voy a defender a muerte, voy a seguir reclamando hasta las últimas consecuencias”, señaló el arquero. “No estoy dispuesto a dilapidar todo el trabajo que hemos hecho porque desde lo futbolístico ha sido muy bueno”, cerró el entrenador. Continuará. No se sabe cómo.