Sarmiento respira porque aprovechó una pelota parada Análisis
Los puños en alto de todo Junín en la fría noche del lunes cuando el árbitro pitó el final fueron el resumen perfecto de todo lo que significó el 1 a 0 sobre Patronato. Apretado, trabajado y deslucido, pero un triunfo que le dejó tres puntos para que la salvación tenga ahora una realidad más palpable. Con la victoria, Sarmiento se escapó a tres puntos de Argentinos Juniors y a uno a Temperley con seis en disputa.
En un primer tiempo muy friccionado, con un mediocampo repleto de futbolistas y sin demasiados escapistas con la posibilidad de salir con ideas claras de ese terreno atestado de pierna fuerte y roce, Sarmiento se las ingenió para llegar al gol. No fue por las constantes subidas de Mercado por la derecha ni con el buen trabajo de Caire por la izquierda llegando desde el mediocampo. El grito apareció desde la siempre utilitaria pelota detenida y fue porque Patronato no supo advertir las señales. Es que Guillermo Cosaro primero reventó el palo derecho de Bértoli con una volea que agarró desde la puerta del área tras un centro pasado. Nadie del conjunto de Paraná tomó nota de que el defensor era el indicado para ir a buscar cada envío. Por eso, cinco minutos después, esta vez un envío bajo desde el tiro de esquina del ecuatoriano Mercado encontró la pierna izquierda de Cosaro para sellar el inamovible 1 a 0. Patronato no tuvo chances de gol más allá de alguna buena intención de Ber- tocchi o de algún error no forzado de Trípodi. Esperó hasta el cuarto minuto de adición para meter en el área rival a más de tres hombres. Muy poco para un equipo al que aun le falta una unidad para la salvación. Si pudo empatarlo fue porque Sarmiento decidió no jugar ni que el rival juegue. Prefirió sufrir aferrado al 1 a 0. Para festejarlo con los puños en alto.