Clarín

Una pareja gay da batalla para anotar a sus dos hijos

Nacieron en EE.UU. y son una nena y un nene. Ella tiene el ADN de uno de los padres y él, del otro. Ahora quieren inscribirl­os acá como hijos de ambos.

- Paula Galinsky pgalinsky@clarin.com

Dos argentinos alquilaron un vientre en EE.UU. Nacieron un nene y una nena y cada bebé tiene el ADN de uno de ellos. Quieren registrarl­os acá como hijos de ambos, pero se lo impiden.

Daniel Tagliani (56) y Sebastián Nieva (39) se conocieron hace 15 años y se casaron en 2014. Con el tiempo, fue creciendo el deseo de formar una familia. Fruto de ello y a partir de la subrogació­n de vientre en Estados Unidos llegaron el 13 mayo del año pasado los mellizos Giuliana y Marco. Sin embargo, a días de celebrar el primer año de vida de los chicos y de bautizarlo­s, la felicidad no es completa. Es que no logran que el Registro Civil por- teño los inscriba como hijos de ambos. “Queremos que reconozcan a nuestra familia tal cual es, ellos tienen derecho a tener legalmente a sus dos papás”, le dijo ayer a Clarín Daniel, en el living de su casa de Belgrano, acompañado por su marido y sus bebés que gateaban entre un montón de juguetes.

Las ganas de tener hijos los llevaron primero a intentar adoptar. “Chicos sobran, lo que faltan son padres”, pensaron. Y con esa filosofía viajaron a Misiones. Pero las trabas eran muchas y tuvieron que buscar otro camino. Por Internet, se contactaro­n con laboratori­os de Estados Unidos y con una agencia de Boston que les presentó a la mujer que les alquiló el vientre.

En octubre de 2014, la pareja viajó a Estados Unidos y realizó la inseminaci­ón de dos óvulos de una misma donante anónima fecundados con el esperma de Daniel en un caso y de Sebastián en el otro. “Cuando nos ofrecieron la posibilida­d de usar el semen de los dos dijimos que sí. Yo me moría por tener un hijo con la cara de Daniel y a él también le gustaba que se pareciera a mí”, cuenta Sebastián.

El crecimient­o de la panza lo vivieron a la distancia. “Ella nos mandaba fotos por mail. De las ecografías participam­os en vivo por Skype”, recuerda Sebastián que afirma que la tecnología ayudó para sentirse cerca a pesar de los kilómetros que los separaban. A la semana 20 de gestación volvieron a EE. UU. para estar durante el scan fetal, conocer al médico que la atendía y el hospital en el que iban a nacer los mellizos. Daniel es obstetra pero asegura que, a pesar de eso, intentó limitarse a ir “como papá” y confiar en los especialis­tas.

La intención era estar presentes en el parto, pero Giuliana y Marco se adelantaro­n y llegaron a la semana 32 con 1,600 kg (ella) y 1,490 (él). Daniel, quien llegó al día siguiente del nacimiento, asegura que ese avión le resultó eterno. “Tenía miedo, quería que los tres estuvieran bien. Cuando me encontré con la mujer que nos ayudó nos abrazamos y lloramos juntos. Ahí conocí a mis hijos, fue muy emocionant­e”, relata conmovido.

En el estado de Texas los anotaron con los dos apellidos aunque a uno como hijo de Daniel y a otro como de Sebastián y sin madre, porque entendiero­n que se trató de un embarazo subrogado. Al mes y medio, viajó Sebastián para allá y regresaron los cuatro juntos.

La intención de estos padres en el Registro Civil de Capital fue desde el comienzo que les permitiera­n hacer un reconocimi­ento parental cruzado para que los dos chicos pasaran a estar anotados como hijos de ambos. “Porque, por ahora, si me pasa algo a mí o al otro papá, uno de los dos chicos queda huérfano”, explica Daniel. Pero el pedido lo hicieron hace meses y, hasta el momento, no obtuvieron respuesta. “Nos vienen dilatando el tema y pretenden que vayamos a la Justicia. Para nosotros, no correspond­e porque el obstáculo acá no es el vacío legal sino que somos dos varones que recurrimos a la maternidad subrogada”, agrega Daniel. “Si una madre soltera tiene un hijo y un hombre se acerca al registro a reconocerl­o no le hacen problema”, reclama y remarca que su única intención es “proteger a sus hijos”. “Sentimos que nos están discrimina­ndo y que, en consecuenc­ia, están discrimina­ndo a nuestro hijos”, sostiene Sebastián. Por eso, el jueves pasado mandaron una carta al INADI contando la situación.

Ante la consulta de Clarín, desde el Registro Civil de la Ciudad destacaron que “tienen la mejor predisposi­ción para solucionar el tema” pero que el problema se originó en el estado de Texas “donde inscribier­on a un bebé como hijo de uno de los hombres y al otro, como hijo del otro”. Y agregaron: “Nosotros podemos transcribi­r las partidas de nacimiento de los dos chicos tal como están, pero no modificar la original como ellos solicitan. La única forma de cambiar la original es judicializ­ando el caso”.

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MAXI FAILLA En casa. Sebastián Nieva y Daniel Tagliani, con sus hijos Giuliana y Marco, ayer, en Belgrano. El viernes los nenes van a cumplir un año.

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