Populares y sinfónicos
La balada, el pop y el tango, entre diferentes géneros, tuvieron su noche orquestal en voces de grandes figuras. Quizás, los homenajes más sentidos son aquellos que nacen espontáneamente, como ocurrió anteanoche en el Teatro Colón durante el espectáculo Embajadores, cuando Raúl Lavié, Rubén Rada, Alejandro Lerner, Luciano Pereyra, Axel, el chileno Lucho Jara y el paraguayo Jorge Castro cantaron Uno, en tributo a Mariano Mores acompañado por la Orquesta Sinfónica de Buenos Aires, dirigida por Gerardo Gardelín. Una versión llena de sentimiento que recibió la ovación más prolongada de la noche.
El encuentro reunió a figuras de la canción argentina y de Uruguay, Brasil, Paraguay y Chile, con el denominador común de la interpretación de canciones populares exitosas, con acompañamiento sinfónico, que fue seguido desde el palco por Mauricio Macri y su par paraguayo, Horacio Cartes, acompañados por el senador Federico Pinedo, el jefe de Gobierno de la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta y los ministros de Cultura de la Ciudad y de la Nación.
Bajo esa premisa, la velada abrió con una versión de Naranjo en flor -con una introducción del bandoneonista Pablo Mainetti-, cantada por Lavié y la uruguaya Francis Andreu, quienes supieron darle a este tango una expresividad de matizadas entonaciones.
Luego, Lerner hizo su clásico No hace falta que lo digas; siguió la brasileña Paula Fernandes, con Pra voce, una balada ágil en la que se lucieron los arreglos de cuerdas; Jara con una potente versión de Gracias a la vida y el cantante lírico José Castro con el aria del acto final de la ópera Turandot, Nessum dorma, que despertó una de las primeras ovaciones.
Patricia Sosa, con Luz de mi vida, y luego un festejado Pereyra con una delicada versión de Seré le dieron continuidad al programa, apoyados en una orquesta que, como el coro, mostró una sobria fluidez e interesantes arreglos que resaltaron, inclusive, la labor vocal de los solistas.
Los momentos más festivos fueron las presentaciones de Rada, con Cha cha muchacha y de la bahiana Daniela Mercury, con O canto da ciudade. Rada desbordó ritmo y alegría, con su carisma rebosante de musicalidad, en tanto Mercury propuso un plan similar, con baile y participación del público que, poco a poco, se fue soltando.
Valeria Lynch, con No llores por mí Argentina, y Axel con Somos uno prologaron los dos dúos que cerraron la noche: Lavié con Lerner en un nostálgico Café La Humedad, y Lynch y Jara en Y tu no estás. El bis fue con todos los cantantes en escena, sumando sus voces para una repetición de la pegadiza Cha cha muchacha.