La reina Isabel tildó de “groseros” a funcionarios de una delegación china
Fue en un diálogo con una policía durante un evento en el Palacio de Buckingham. La captó un micrófono abierto.
Durante sus 63 años en el trono, la reina Isabel no dio un paso en falso. Su cameraman real podía filmarla sólo a tres metros y el sonido estaba prohibido. Pero en este nuevo mundo de las redes sociales y la necesidad de modernizar la comunicación, los hábitos del palacio han cambiado y había demasiados camarógrafos en la ceremonia del cumpleaños de la reina. La sobe- rana británica y el premier David Cameron fueron expuestos, en un diálogo muy delicado en el palacio de Buckingham el martes, con el micrófono abierto, apenas un día antes de que se iniciara la cumbre contra la corrupción en Londres y en pleno escándalo de los Panamá Papers, que involucró al premier.
Un poco nervioso frente a la presencia de la soberana en la suntuosidad del palacio, escoltado por el arzobispo de Canterbury y el “speaker” de la Cámara de los Comunes, Cameron dijo a la reina, en las celebraciones oficiales de su 90° cumpleaños: “Algunos de los líderes de los países mas fantásticamente corruptos en el mundo están viniendo a Gran Bretaña… Nigeria y Afganistán, posiblemente los dos más corruptos países en el mundo”. La reina Isabel lo escuchaba curiosa y sorprendida.
Fue una bomba diplomática pa- ra Cameron, cuando el presidente de Nigeria, Muhammadu Buhari, estaba aterrizando en Londres junto a su colega afghano Ghani para asistir a la cumbre que el premier británico había convocado.
La reina Isabel tampoco tuvo un buen día mediático. Su gaffe fue durante un “Garden Party” en el palacio de Buckingham. Cuando saludaba a la comandante de la policía metropolitana Lucy D’orsi, y mientras se le informaba que había sido la jefa de seguridad durante la visita del presidente chino Xi Jinping a Gran Bretaña, la reina respondió, acercándose: “Oh, mala suerte”.
Cuando le pidieron que contara su historia, la comandante D’orsi habló con mucha firmeza y dijo: “Yo era la comandante de oro, yo no sé si usted sabe pero fueron días de prueba para mí”. La reina respondió: “Sí, lo sé”.
La comandante contó que ella estaba a cargo, cuando la delegación china salió de Lancaster Gate y “me dijo que el viaje estaba terminando”. La reina replicó: “Ellos fueron muy groseros con el embajador” (británico en China). La policía asintió y dijo que “fueron muy maleducados y muy poco diplomáticos”, sin especificar a qué miembros de la delegación se refería.
Todo este diálogo fue filmado por Peter, el cameraman real, con quien la reina se siente cómoda y a quien conoce hace años. Jamás había sucedido algo similar, pero es el equipo del palacio que controla la edición de esos materiales el responsable de esta filtración. Es el primer comentario político personal que se le escucha a la soberana durante todo su reinado. Ella se cuida extremadamente de hacerlo porque no lo tiene permitido como jefa de Estado.